miércoles, 23 de enero de 2008

La Reina de Saba

La Reina de Saba



"La reina del Sur se levantará en el juicio con esta generación, y la condenará; porque ella vino de los confines de la tierra para oír la sabiduría de Salomón, y he aquí más que Salomón en este lugar" (Mateo 12: 42).

Léase: 1 Reyes 10:1-13; Mateo 12:42.

En ninguna parte de la Biblia se nos dice que la reina de Seba fuera una mujer pagana convertida. En realidad, se nos dice bastante para suponer que no se convirtió. Si se hubiera convertido se nos diría que al entrar en Jerusalén se dirigió al Templo para ofrecer sacrificios al Dios de Israel. En los dos puntos que se nos habla de ella, 1ª. Reyes 10 o en 2ª. Crónicas 9 no se dice nada de este hecho. Se nos habla de sus conversaciones con Salomón y de sus visitas a los palacios y la contemplación de sus riquezas... y nada más.

Es verdad que al final de su visita dijo: «Bendito Jehová tu Dios, que se agradó de ti para ponerte en el trono de Israel.» Pero éstas no son palabras extrañas incluso en la boca de una persona pagana, por el hecho mismo que podía reconocer el Dios de Salomón como uno de tantos. Dice «Jehová tu Dios», lo cual distingue el de Salomón del propio.

Lo mismo Jesús, cuando afirma que «la reina del Sur se levantará en el juicio con esta generación y la condenará», no hace más que poner otro ejemplo como el de Nínive, que había de hacer lo mismo, o el de Sodoma y Gomorra, que darían testimonio contra la «presente generación», o sea, que eran superiores a ella. La reina de Seba era un mujer que se interesaba en las cosas. Sus intereses eran múltiples y variados: joyas, vestidos lujosos, y también el cultivo de la mente.

Había oído que había ascendido al trono de Israel un rey de profunda sabiduría, y grandes riquezas. Quiso conocerle. Ella misma había dedicado tiempo a las ciencias y las artes, hasta el punto que podía tener una profunda conversación con el rey: «le expuso todo lo que tenía en su corazón». Y Salomón le correspondIó. Pensemos en lo que le costó el viaje suyo y de todo sus séquitos, de tierras lejanas. Pensemos en los dones de piedras preciosas, talentos de oro y especias en grandes cantidades. La reina pensó que conocer a Salomón valía todo esto. Oyó al rey, disfrutó de su conversación con él, satisfizo su curiosidad intelectual y su sentido artístico. Pero nada más.

Hoy vemos también muchas jóvenes, especialmente entre las clases pudientes, que sienten deseos de ampliar sus horizontes intelectuales, de alcanzar excelencia en el mundo de las artes, de las ciencias de las letras. Esta es una actividad digna de elogio. No hay por qué pensar que el fregadero, la escoba y las cazuelas son el destino exclusivo de la mujer. Elegir ser mediocre en la vida es una triste elección. Estas muchachas, con estas nobles ambiciones, si hubieran vivido en tiempo de Salomón habrían también emprendido el viaje a Jerusalén para extasiarse en los tesoros para los sentidos y para la mente que había en la corte del rey sabio y en la belleza externa del Templo.

Pero por desgracia, la mayoría de las veces, ocupadas con todos estos oropeles se olvidan de algo: «He aquí hay uno mayor que Salomón en este lugar.» Este les pide no que aprecien la belleza de su palabra y nada más; les pide que le entreguen su corazón y se rindan a su servicio. Por desgracia muy pocas de estas jóvenes de educación esmerada están dispuestas a obedecer este punto. Lo que les interesa es la cultura por amor a la cultura. Pueden incluso considerar que Jesús era mayor que Salomón. Pero no le consideran como Redentor de su pecado y de su culpa. Por tanto, no se sienten inclinadas a adherirse a El ni a alabarle con agradecimiento. Se quedan donde se quedó la reina de Seba. Van a Jerusalén, se entusiasman y se marchan.

Preguntas sugeridas para estudio y discusión:

1. ¿Era la reina de Seba una mujer controvertida? ¿ Cómo podemos llegar a esta conclusión?

2. ¿Era esta reina diferente de las mujeres con cultura del día de hoy?

3. ¿Por qué dijo Cristo que esta reina condenaría a la generación de su tiempo?

La mujer de Jeroboam


La mujer de Jeroboam

«Entonces la mujer de Jeroboam se levantó y se marchó, y vino a Tirsa; y entrando ella por el umbral de la casa el niño murió" (1 Reyes 14: 17).

Léase: 1 Reyes 14:1-17

La lección que aprendemos de esta meditación es: hasta qué punto debe ceder una esposa a lo que le pide su marido. Esta historia nos da una respuesta bien clara.

Jeroboam era el rey de las diez tribus. Tenían por lo menos dos hijos, Abías (del cual se dice «se ha halIado alguna cosa buena en el delante de Jehová») y Nadab, su sucesor, del cual se dice que «hizo lo malo en ojos de Jehová».

En momentos de tribulación no es raro que la persona que no ha perdido todo contacto con Dios sienta impulsos de estar más cerca de Jehová. Y Jeroboam y su esposa, ante la enfermedad del hijo, sintieron este deseo. El hijo, Abías, estaba gravemente enfermo. El rey estaba ansioso para saber cuál sería el resultado de la enfermedad y no atreviéndose a ir personalmente a consultar al profeta Ahías, decidió que sería mejor que fuera su esposa, con la precaución de disfrazarse, para evitar que la reconociera.

La mujer se disfrazó y tomando varios presentes se dirigió a Silo y fue a la casa de Ahías. Es difícil imaginarse cómo podía esperar a Jeroboam que con un simple disfraz engañaría al profeta, pero muy pronto supo su esposa que esta treta no les daría ningún resultado. Apenas hubo oído el sonido de los pies de la reina, Ahías la saludó diciéndole: «Entra, mujer de Jeroboam. ¿Por qué te finges otra? He recibido para ti duro mensaje»

El mensaje era en esencia el siguiente: «Tan pronto regreses a la ciudad el hijo va a morir, porque Jeroboam ha hecho lo malo sobre todos los que han sido antes de él. Por ello, toda la casa de Jeroboam será destruida, tanto siervo como libre

¿Qué quieren enseñarnos las Escrituras con esta referencia en la historia a la esposa de Jeroboam? Es evidente, que no se trata de que no hay que engañar, ni que no hay que disfrazarse, sino algo distinto. El mensaje es que el principal pecado de la mujer de Jeroboam fue a asentir a la petición u orden de su marido, cuando esta orden estaba en discrepancia con los mandamientos del Señor.

El deber que tiene la esposa a estar sumisa a su marido y hacer su voluntad tiene sus límites. Estos límites no son lo que ella aprueba o desaprueba. El marido tiene autoridad sobre la esposa y en un caso de diferencia de opinión irreconciliable ella tiene que ceder. Sin embargo, el límite de esta sumisión lo marca la conciencia que no se puede transgredir. En cuanto la conciencia de la mujer le asegura que lo que pide su marido está prohibido por Dios, no sólo tiene que negarse a ello, sino que tiene que resistirse a cumplir sus deseos. La autoridad del marido no está por encima de la autoridad de Dios. La mujer que da su aquiescencia a los designios pecaminosos del marido ya no es una «ayuda idónea para él». Le ayuda a condenarse y se condena ella al mismo tiempo.

Preguntas sugeridas para estudio y discusión:

1. ¿Debe una esposa asentir a todas las demandas de su marido? ¿Qué nos dice la Biblia a este respecto?

2. ¿Cuál fue el pecado de la reina?

3. ¿Por qué castigó Dios a Jeroboam?

La hija de Jefté


La hija de Jefté

Léase: Jueces 11:29, 34, 40; Hebreos 11:32

No podemos admitir que Jefté sacrificara la vida de su hija para quemarla en holocausto a Jehová. Esto es inconcebible dentro del marco de la ley mosaica y de las tradicionaes de Israel como nación. Jehová no era un moloc al cual los padres sacrificaran sus hijos sobre un altar. Hay abundantes puntos en la historia misma, tal como nos la narra la Biblia para que podamos interpretar el sacrificio de la hija como un apartamiento y renuncia a conocer varón, o sea al matrimonio. En otras palabras, que como consecuencia del voto de su padre, Jefté, la hija fue dedicada al servicio del tabernáculo, y alli pasó el resto de sus días, segregada de sus amigas y su familia.

No tenemos derecho a imponer el relato pagano de Ifigenia, de la mitología griega, sobre una narración bíblica.

Jefté acababa de derrotar a los amonitas, la cumbre de su carrera como juez de Israel. En un momento de ofuscación pronunció juramento de que sacrificaría a cualquiera que saliera por la puerta, a su llegada de la victoria, para darle la bienvenida y felicitarle. Estas palabras precipitadas fueron la causa de que se viera privado de la compañía de su hija durante el resto de su vida. Vemos también a la hija como víctima del voto de su padre.

Lo que más choca a nuestra mentalidad moderna es el que, sin ocultar su tristeza por el hecho, acepta volutariamente su destino. La hija de Jefté no era una joven que pudiera en una efusión de misticismo decidir excluirse del mundo y pasar el resto de su vida en una celda. Era una joven alegre, vivaracha, Ilena de entusiasmo y energía. Reune a las muchachas de Mizpa, al saber que su padre regresa, y sale a recibirle con panderos y danzas. Vemos en ello un impulso a alabar a Dios a través de la victoria de su padre.

La historia nos sugiere que había llegado a Ia edad en que las muchachas acostumbraban casarse. No era, pues, todavía una mujer madura. Pero sí nos Ia pintamos llena de gracia y atractivo.

Pero las palabras de su padre caerían como un mazazo sobre su mente: «Ay, hija mía!, en verdad que me has abatido, y tú misma has venido a ser causa de mi dolor.» Luego le comunica el voto que había hecho y el destino que por consiguiente le correspondía. Jefté mismo es el primero en sufrir el impacto de la tragedia, pues esta era su única descendencia, no tenía otra hija ni hijo alguno.

¿Cuál fue Ia reacción de su hija? Es indudable que no se dirigió a su reclusión con alegría. Con serenidad, pero sinceramente le dice: «Padre mío, Si le has dado palabra a Jehová, haz de mí conforme a lo que prometiste.» No pidió sino una gracia: «Concédeme esto: déjame que por dos meses me vaya a vagar por los montes y llore mi virginidad con mis compañeras.»

Su padre le concedió este período de gracia. Y ella se dirigió a las colinas cercanas con sus amigas. Allí procuró hallarse a sí misma, y ajustarse para el nuevo estilo de vida.

Habría querido casarse y gozar de la vida de modo pleno. Pero le fue negado. El curso de sus años transcurrió separada de los suyos, ocupada probablemente en tareas monótonas y rutinarias. Esto fue el mayor sacrificio que podía hacer, el de su vida como algo propio y personal. Pero no se quejó y lo aceptó sin resentimiento: una vida recluída y resignada.

Preguntas sugeridas para estudio y discusión:

1. ¿Crees que Jefté cumplió su voto a Dios?

2. ¿Crees que después de haber hecho Dios tanto por nosotros tenemos que hacer votos así? ¿Son para nosotros o para otros?

3. ¿Qué desea Dios que aprendamos de este relato?

La hija de Faraón


La hija de Faraón


"Y vio ella la arquilla entre los juncos, y envió una criada suya a que la tomase" (Exodo 2:5).

LEASE: EXODO 2:5-10; HECHOS 7:20-22; HEBREOS 11:23-28

Había muy pocos judíos en Egipto que vivieran en el distrito del palacio real. El rey los destinaba en su mayoría a la región de Goshen o Pithom y Ramesés. Ello explica que no ocurriera probablemente en ninguna otra ocasión que alguna familia hebrea desesperada recurriera a depositar a un niño en el río, para ver de salvarlo. En todo caso, para la hija de Faraón tiene que haber sido un espectáculo sorprendente encontrar a un niño escondido entre juncos cuando iba a bañarse al río.

Lo que nos interesa destacar es que tenía que haber un corazón humano de veras latiendo dentro del pecho de esta princesa pagana. Habría en el fondo del mismo, a pesar de la pompa y formalidad de su vida en el ambiente regio, el verdadero impulso que mueve a las madres a abrazar en su pecho a la criatura.

La imaginación de la princesa sería cautivada por el pequeño, sonrosado y caliente, vivo, probablemente llorando entre los juncos. La princesa sabía que su padre había ordenado que todos los niños varones de los hebreos tenían que perecer ahogados. Y por ello es muy probable que hasta cierto punto se diera cuenta de que en este extraño suceso había una añagaza, y que el niño que tenía intención de quedarse pertenecía a los que debían perecer por orden de su propio padre. Pero la princesa no tiene en cuenta la amenaza de

tener que hacer frente al ceño de su padre que le podía exigir cuentas por su acto. Da rienda a su impulso amoroso, maternal, y acepta la oferta de María, haciendo oído sordo a la sospecha añadida cuando la niña le dice que iría a buscar "una nodriza entre las hebreas para criar al niño".

La princesa está conforme, y la orden que la da es el sello le protección para el niño. La "nodriza" tiene órdenes de devolver al niño una vez criado. Y así sucedió. "Cuando el niño creció, ella lo trajo a la hija de Faraón, la cual lo prohijó, y le puso por nombre Moisés."

Esta serie de acciones de una princesa pagana puede ser causa de sonrojo a más de una madre cristiana hoy en día. Cuando el niño acaba de nacer parece que les sale el amor por todos los poros, están locas de alegría, como suele decirse, pero tan pronto como empiezan las responsabilidades y el cuidar a la criatura limita su libertad de movimientos, empieza el descuido y negligencia en la crianza. Esta conducta es indigna de personas. Todo el afecto e ilusión inicial es espuma y desaparece al llegar la realidad adusta y agria.

En comparación, la conducta de esta princesa egipcia demuestra su grandeza. Era una mujer pagana, pero su conducta hacia Moisés ilustra que estaba por encima de lo que esperamos de los paganos. Para ella el niño Moisés no era un objeto de ilusión y de juego. Se cuidó de hacer planes para su bienestar sin contar los riesgos personales que implicaban su decisión.

Preguntas sugeridas para estudio y discusión:

1.¿Qué podemos aprender de esta meditación respecto al cuidado y crianza de nuestros hijos?

2.¿Por qué era necesario que Moisés tuviera esta educación particular para cumplir los planes de Dios?

3.¿Podría haber permanecido leal a su Dios una persona con un carácter distinto del de Moisés?

La esposa de Manoa


La esposa de Manoa

"Y había un hombre de Zora, de la tribu de Dan, el cual se llamaba Manoa; y su mujer era estéril, y nunca había tenido hijos" (Jueces 13:2).

Léase: Jueces 13

La esposa de Manoa es otra mujer del período de los Jueces que muestra nuestra atención. Como Sara y Ana era estéril. Las tres recibieron un anuncio especial del Señor que cambió su tristeza en gozo y alegría. Isaac, Sansón y Samuel deben su nacimiento al severo conflicto de fe de que sus madres fueron protagonistas.

La madre de Sansón estaba casada con Manoa, un varón de la tribu de Dan. Vivía en Zora. El matrimonio vivía en abundancia, pues sus establos estaban Ilenos de ganado. Pero les había sido negado el gozo de tener un hijo.

Estando en el campo un día, la esposa recibió un mensaje de un ángel que se le apareció. Su aspecto era «terrible en gran manera», segun ella misma dijo luego a su marido. El mensajero conocía bien su situación, le anunció el nacimiento de un hijo y le dio instrucciones de las cosas de que había de abstenerse hasta que naciera el niño.

Todo esto Ia esposa lo comunicó al marido al llegar a casa. Le dijo que no se había atrevido a preguntar al mensajero quién era. Manoa asombrado, supuso que tenía que ser un ángel del Señor. Se postró de hinojos y pidió a Dios que le permitiera a él ver al ángel.

Su oración fue contestada. La mujer fue otra vez al campo y volvió a aparecérsele la forma resplandeciente. Esta vez corrió a casa y lo dijo al marido, Este a su vez fue al lugar de la aparición con su esposa. «¿Eres tu aquel varón que habló con esta mujer?», le preguntó Manoa. Y él dijo: «Yo soy.» Manoa se ofreció para hospedarle pero el ángel rehusó: «No me detengas. Ofrece tu holocausto a Jehová.»

Manoa sabía que era un ángel y le preguntó cual era su nombre. La respuesta fue que el nombre era «admirable». Manoa ofreció un cabrito a Jehová sobre una peña como una ofrenda. Y el ángel desapareció entre la llama que subía del altar hacia el cielo ante los ojos de Manoa y de su mujer que se postraron en tierra.

La visión desapareció, pero no las palabras que el ángel había hablado. Poco después la mujer quedó en cinta y a su debido tiempo nació Sansón. Sansón fue un gran libertador de Israel, cuyo nombre aterrorizaba a los filisteos.

El Señor había oído el clamor de su pueblo. Todas las tribus se quejaban y murmuraban. Meneaban sus cabezas porque no había un libertador. Y como siempre, al oirse estas quejas Dios ya ha provisto redención. Sansón vino al mundo de una madre que había permanecido muchos años estéril, para mostrar la providencia del Señor de un modo mas evidente. Y en esta historia Dios nos muestra que el futuro del hijo esta siendo preparado por los conflictos espirituales y físicos de la madre. Sansón iba a ser un héroe de la fe y, por tanto, su madre fue la primera que tuvo que luchar un conflicto de fe. Sansón iba a ser un nazareo a Dios, por lo que ella tenia que abstenerse de beber vino durante el período de su embarazo. Esto mostraba que ya antes del nacimiento, el alma y el cuerpo de la madre pueden causar una impresión permanente en el cuerpo y el alma del hijo.

Preguntas sugeridas para estudio y discusión

1. ¿ Por qué escogió Dios para suplir a su pueblo de profetas y libertadores a mujeres que habían sido estériles durante mucho tiempo?

2. ¿ Crees que la esposa de Manoa era creyente?

3. ¿ Qué significa el término nazareo?

La campesina de Bahurim


La campesina de Bahurim

"Y tomando la mujer de la casa una manta, la extendió sobre la boca del pozo, y tendió sobre ella grano trillado; y nada se supo del asunto" (2 Samuel 17:19).

Léase: 2 Samuel 17:18-21.

En un momento crucial, una campesina de Bahurim, una aldea cercana de Jerusalén, fue instrumento para salvar la vida de David, de su ejército y del reino de David.

Absalón se había rebelado contra su padre. David se había visto obligado a huir de su propio hijo. Ahitofel estaba dispuesto a destruir a David y tenía preparado un ejército de doce mil hombres para caer sobre él. De haberse seguido el consejo de Ahitofel, que era sumamente astuto, David no habría podido escaparse.

Pero David había enviado al campo de Absalón a Husay. Tenía, además, a dos fieles amigos en la fuente de Rogel. Husay se les arregló para desbaratar el consejo de Ahitofel y hacer otros planes que le parecieron a Absalón mejores que los de Ahitofel. Absalón se decidió, pues, a seguirlos.

Entretanto, Husay a través de dos sacerdotes consiguió llevar mensaje a sus amigos de David, Jonatán y Ahimas, que estaban en Rogel. El mensaje lo llevó una criada. Pero un joven partidario de Absalón vio a los dos mensajeros escondidos y, sospechando, fue a dar las nuevas a Absalón, el cual envió inmediatamente gente en su búsqueda.

Todo dependía, pues, de que Jonatán y Ahimas consiguieran hacer llegar las noticias a David. Además, su propia vida estaba en peligro. Corrieron, pues, los dos, buscando escondedero y llegaron a Bahurim. Y en una de las casas de este poblado, la mujer los escondió en un pozo vacío y para mayor. seguridad extendió una manta y puso grano encima como si se estuviera secando al sol. Cuando llegó el destacamento de Absalón e inquirieron por los fugitivos, la mujer les dijo que ya habían pasado el vado de las aguas. Como es natural no pudieron dar con ellos y tuvieron que regresar a Jerusalén.

Dios guió los pasos de Jonatán y Ahimas al patio de esta mujer, la cual, sin duda se jugó la vida para defender la vida de David. Podemos imaginarnos la emoción de la mujer mientras estaba procurando disimular el miedo de que adivinaran su estratagema.

Había numerosas personas anónimas dispuestas a exponer la vida por David. Esta mujer oraría sin duda en favor de David durante su exilio. Dios la escogió para enviar a Absalón por una senda sin salida y así salvar la vida de David.

En los momentos graves la salvación no viene siempre de la mano de los poderosos. Una simple mujer pudo salvar toda la causa de David y su reinado.

Preguntas sugeridas para estudio y discusión:

1. ¿ Cómo salvó Dios la causa de David?

2. ¿Usa Dios personas sin importancia para alcanzar sus fines? ¿No hay un lugar de acción para cada uno? Menciona algunas de las cosas que tú puedes hacer.

3. ¿Está alguna vez justificada la mentira?

Judit y Basemat


Judit y Basemat

"Y fueron amargura de espíritu a Isaac y a Rebeca" (Génesis 26:35).

Léase: Génesis 26:34, 35

Esaú escogió también dos esposas para sí. Eran Judit y Basemat, las dos doncellas de los heteos, esto es, procedían de familias cananeas, y estaban acostumbradas a las idolatrías con que los habitantes originarios de Canaán provocaron al Señor. El matrimonio de Esaú representa, pues, una ruptura de la fe. Sabía muy bien Esaú que estos matrimonios iban en contra de la vocación que había recibido su pueblo al salir de Ur de los Caldeos hacia Canaán.

Abraham había salido con su familia de Ur, para evitar la idolatría de Mesopotamia, y habían sido enviados a Canaán, donde la idolatría alcanzaba proporciones mucho más escandalosas. Los habitantes de esta hermosa tierra carecían de todo vestigio de temor a Dios. Era algo degradante y que profanaba la confianza que Dios había puesto en la familia el que Esaú quisiera tomar esposas de estas familias malditas. Era inevitable que él mismo se contaminara, y en efecto, fue causa de que la idolatría penetrara en la familia santa.

Judit y Basemat tienen, pues, en la Escritura la mala fama de ser puestas como ejemplo del tipo de mujer que el hijo de una familia que teme a Dios no puede recibir por esposa. No se nos dice nada, naturalmente, de estas dos mujeres personalmente, excepto su origen, y el hecho que este matrimonio de Esaú fue causa de "amargura de espíritu" para sus padres. Es posible que fueran dos mujeres atractivas y razonables. No hay razón para que tengamos que creer que Esaú escogería mujeres indeseables. Hemos de creer que la pena que alcanzó a Isaac y Rebeca procedía del hecho de sus creencias idolátricas, y la forma pecaminosa de vida que esto implicaba.

Isaac y Rebeca estaban perpetuando las tradiciones de Abraham y Sara en su hogar. Vivían una vida quieta y piadosa. Ahora, ya en su ancianidad, aparecieron estas dos mujeres que no tenían el temor de Dios en su corazón. Tenían tendencias sensuales y paganas, lo que hoy llamaríamos mundanalidad, que chocaba con la piedad de los padres. Por ello, sus últimos años, los pasaron en amargura.

Este relato ha sido incluido en las Sagradas Escrituras para beneficio de la Iglesia de Dios. Con demasiada frecuencia la Iglesia ve que hay jóvenes cristianos que se quedan entrampados en las redes de mujeres mundanas, que no conocen ni a Dios ni al Salvador, y que queman incienso a los ídolos del mundo. Estos matrimonios suelen acabar siendo aflicción para los padres. La influencia de los padres va disminuyendo, y la de estas mujeres infieles va siendo lo que marca el tono de la nueva familia. El nombre y la Cruz de Cristo son profanados por su manera de vivir. Es raro que se perpetúe en los hijos el temor del Santo Nombre.

Esaú, con su Judit y Basemat, por tanto, son como una luz roja, indicando peligro a la familia de cada cristiano. El mal pernicioso que resulta de estos matrimonios ha de ser evitado en la comunidad del pueblo de Dios. Los padres piadosos yerran cuando rehúsan apagar este fuego en sus inicios en el hogar. Cuando abandonan a sus hijos a toda clase de asociaciones pecaminosas, luego el intento de amonestarles ya no surte efecto. Es imposible contrarrestar las malas influencias cuando están en marcha los resultados. Los padres intentan arrancar las malas hierbas, pero no evitaron que fueran sembradas: para entonces suele ser tarde. Desde la infancia a la madurez la semilla de la Iglesia de Dios debe ser mantenida dentro del temor del Señor y debe permanecer apartada de la asociación con influencias idolátricas.

Preguntas sugeridas para estudio y discusión:

1.¿Qué podemos aprender de esta meditación relativa al matrimonio fuera de los círculos cristianos?

2.¿Sanciona la poligamia el hecho que Esaú tuviera dos mujeres?

3.¿Encontró solaz y satisfacción Rebeca en la compañía de sus dos nueras?

Josabat


Josabat

"Pero Josabat, hija del rey Joram, hermana de Ocozías, tomó a Joás, hijo de Ocozías, y lo sacó furtivamente de entre los hijos del rey a quienes estaban matando, y lo ocultó de Atalía, a él y a su ama, en la cámara de dormir y de esta manera no lo mataron" (2 Reyes 11:2).

Léase: 2 Reyes 11

En la relación que hemos hecho antes de Atalía vimos cómo trató de exterminar a toda la descendencia real de la casa de David, y consiguió eliminar a todos los descendientes masculinos de Joram, menos un nieto. Este se salvó gracias a la intervención de Josabat.

Como vemos en el versículo anterior, Josabat, hermana de Ocozías, salvó a Joás, su sobrino, «mientras estaban matando a sus hermanos», y llevándoselo con su ama lo escondió en una de las habitaciones de su propia residencia. Josabat era la esposa del sumo sacerdote Joiada, y por tanto residía en el templo. El poder real no tenía prerrogativa para investigar el templo, y por tanto estaba seguro; aparte de que este hecho fue realizado sin que se diera cuenta Atalía.

Satán usó a Atalía para ver de eliminar toda la simiente de David si fuera posible. De conseguirlo habría puesto serias dificultades al cumplimiento de la profecía de que el futuro Mesías procedería del tronco de David. Pero Dios frustró los planes de Atalía.

Josabat era una mujer sencilla, llena de fe. Aunque hija del rey se casó con Joiada, un descendiente de la tribu de Leví. No conocemos detalles de la estancia de Joás bajo la protección de Josabat, pero hemos de suponer que el ama de leche de Joás era también temerosa de Dios. Ya vimos que Joás fue proclamado rey seis años después.

Josabat es una figura recordada con cariño por la Iglesia del Nuevo Testamento. No interesada en la vida fastuosa de la corte, aunque hermana del rey se casó con un sacerdote y vivió la vida semi recluida del templo. Era, probablemente una mujer de gran calma interior, pero con la mente clara, que supo cómo actuar cuando los hombres se mostraban indecisos. Se hizo cargo de la gravedad de la situación y arriesgándose al peligro de que llegara a oídos de Atalía lo que había hecho, no vaciló en su acto heroico.

Su valor se contagió al marido que, seis años después, fue el que tomó la iniciativa y fue el brazo ejecutor de la sentencia de Dios sobre Atalía.

Preguntas sugeridas para estudio y discusión:

1. ¿En qué forma fue amenazada la venida del Redentor a través del tronco de David como había sido profetizado?

2. ¿Cómo salvó al joven príncipe?

3. ¿Influyó su valor en los actos del marido más adelante?

Jocabed


Jocabed

"Por la fe, Moisés, cuando nació, fue escondido por sus padres durante tres meses" (Hebreos 11:23).

Léase: Exodo 2:1-10; 6:20

Jocabed ha sido incluída en Hebreos 11 entre "la gran nube de testigos" cuyas vidas y actividades dieron testimonio de su fe. Era de la tribu de Leví. De Exodo 6:20 deducimos que sería de mayor edad que su marido Amram, pues era su tía. Un matrimonio así fue prohibido más tarde, pero durante el período de la confusión de Egipto fue permitido.

Era el tiempo en que Faraón ordenó que los hebreos echaran los hijos varones recién nacidos en el Nilo. Jocabed tenía, por lo menos, dos hijos: uno, Miriam o María, ya crecida para este tiempo. Otro, Aarón, un rapaz de tres años. Otra vez queda en cinta. Quizás había orado para no volver a quedar en cinta, a fin de evitar una tragedia. Pero con el hijo en camino, quizá desearía que fuera otra niña. Si fuera un niño no sería posible resistir la orden de darle muerte.No es difícil imaginarse la lucha interna en el corazón de Jocabed durante estos meses de embarazo. Y cuando al fin ha dado a luz la respuesta es: "Sí, es un niño."Pero el dolor maternal transforma a Jocabed en una heroína. Va a luchar por el hijo. Esta decisión fue remachada al ver que el niño "era hermoso" (Exodo 2:3, Hechos 7:20 y Hebreos 11:23). ¿Hermoso? ¡Que madre no considera que su hijo es hermoso? Pero Hechos 7:20 añade unas palabras que nos dan más luz: "Hermoso a los ojos de Dios."

Jocabed captó esta hermosura, algo del otro mundo, celestial, resplandeciendo en las facciones del niño. Jocabed pensaría que aquel pequeño ser que descansaba en su regazo había sido enviado directamente por Dios. Era una intuición que adivinaba el propósito divino. La fe se mezcló con el amor, y armada de los dos decidió que tenía que salvar el niño a toda costa.

No sabemos cómo consiguió esconder al niño Moisés durante sus tres primeros meses. La imaginación de una madre hace prodigios. Pero llegó pronto el momento en que el niño, robusto y sano, habría llamado la atención de alguien con sus lloros y gritos. "No pudiendo, pues, ocultarle más tiempo, tomo una arquilla de juncos y la calafateó con asfalto y brea, y colocó en ella al niño y lo puso en un carrizal a la orilla del rio." María se quedó a una corta distancia observando. El resto todo el mundo lo sabe. Al ocurrir el maravilloso salvamento. "¡Madre, madre!", correría alocada a su casa. "Una señora muy importante quiere que críes a Moisés."

Es imposible describir con palabras el dolor y angustia que sufren algunas madres por sus hijos. El dolor en el parto, el ver al niño enfermo en la cuna con el rostro ardiente por fiebre, la ansiedad del futuro incierto que se cierne sobre ellos, y sobre todo saber que han traído al mundo un ser con un alma y tienen que dar cuenta de ella a Dios por la forma en que lo han criado. Pero, ¡oh!, el gozo de poder decir, como decimos de Jocabed: "Su fe salvó al niño."

Preguntas sugeridas para estudio y discusión:

1.¿Cuál es el rasgo más notable de la vida de Jocabed?

2.¿Cuál fue la recompensa de su fe?

3.¿Qué podemos aprender de su vida que robustezca nuestra propia fe?

Jezabel

Jezabel

"A la verdad, ninguno fue como Acab, que se vendió para hacer lo malo ante los ojos de Jehová; porque Jezabel, su mujer, lo incitaba" (1 de Reyes 21:25).

Léase: 1 Reyes 21

A los ojos de Jesús, Sidón y Tiro fueron calibradas como equivalentes a Sodoma y Gomorra. Eran ciudades dedicadas al comercio, ricas y prósperas, centros de vicio y de impiedad. Jezabel procedía de Sidón. Era una princesa, la hija del rey de Sidón. Ya se puede comprender su reacción, acostumbrada a una vida licenciosa y refinida, cuando se trasladó a un ambiente rural, Jezreel, ciudad en que la vida era simple y austera en comparación, donde se hacían esfuerzos para vivir al servicio de Jehová.

La religión judía no era pura. Jeroboam había vuelto a organizar el servicio al becerro de oro pero también había el culto a Jehová. Samaria era intolerable para Jezabel, tal como era. Por ello, al ver que Acab, su marido, era un hombre sin carácter, ni voluntad, decidió tomar las cosas bajo mano. Sustituyó poco a poco el culto de Jehová por el culto a Baal. Suprimió el primero, simplemente, eliminando a los profetas. Y con ello empezó la lucha a muerte entre Elías y Jezabel. Jezabel era la que instigaba el mal que Acab permitía.

Aparecieron templos a Baal por todas partes, con sacerdotes vestidos en preciosos atuendos. Banquetes, festividades, y el pueblo seguía ávidamente todos estos festejos. Entretanto, el culto de Jehová quedó prácticamente suprimido. Los profetas fueron asesinados. Elías tuvo que huir, y no creía que hubiera en Israel ningún hombre que no hubiera doblado su rodilla ante Baal, excepto él mismo.

La lucha inexorable contra Jezabel llevada a cabo por Elías, que culminó con el milagro del Carmelo, es bien conocida y ahora no nos afecta. Pero si podemos decir unas palabras más sobre Jezabel. Era una mujer sin conciencia y sin corazón. Su arrogancia y su sensualidad no conocían límites; habían acallado la voz de su conciencia. Persiguió a muerte sistemáticamente los profetas de Jehová. Puso a muerte a Nabot para apo- derarse de su viña, con acusaciones falsas. y cuando Acab fue herido mortalmente por una flecha y Jehú se dirigió a Jezreel se posó indiferente a la ventana (2.a Reyes 9:30) con aires seductores. Jehú ordenó que la echaran ventana abajo.

Jezabel se nos aparece como una mujer repulsiva. Todo su refinamiento sólo le sirvió para comportarse de modo más brutal. Para hundirse más en el pecado. Incluso el malvado Acab queda pálido ante la perversidad de Jezabel. El eterno juicio será sobre ella peor que el que recibió en la tierra: defenestrada, pisoteada por los caballos y comida por los perros. Cuando intentaron sepultarla no hallaron de ella más que los huesos de la calavera, los pies y las palmas de las manos.

Preguntas sugeridas para estudio y discusión:

1. ¿En qué ambiente se crió Jezabel?

2. ¿Qué planes hizo y llevó a cabo?

3. ¿Afectó su vida el curso de la historia de Israel?

Jael


Jael

"Bendita sea entre las mujeres Jael, mujer de Heberceneo; entre las mujeres que habitan tiendas, bendita sea" (Jueces 5:24).

Léase:Jueces 4:17-24; 5:24-31

Jael nos recuerda a Judit de Betulia, que hundió una espada en el cuello de Olofernes mientras estaba durmiendo.

Jael era Ia esposa de Heber, ceneo. Los ceneos, no eran verdaderos israelitas, sino los descendientes de la esposa de Moisés. Como eran un pueblo nómada, vivían en tiendas. En los días de Débora se hallaban acampados al pie del monte Tabor. Estas tiendas estaban situadas cerca del lugar en que Barac y Débora habían destruído el ejercito de Jabín con sus novecientos carros herrados. Jabín había permitido a los ceneos que se asentaran en su territorio porque esperaba que se harían aliados suyos contra los israelitas. Pero Jabín se equivocó, porque los ceneos se pusieron del lado de Israel.

Jael se consideraba también como aliada de Israel. Se gozó cuando supo que Barac había derrotado a Sisara. Jael recabó para sí el honor que Barac habría deseado para sí. Con su propia mano, como un juicio de Dios, Sisara, el cruel opresor de Israel fue clavado en la tierra por medio de una estaca que le atravesó las sienes. Hemos leído en Jueces 4:9 que Débora ya le había dicho a Barac: «No será tuya Ia gloria de Ia jornada que emprendes, porque en mano de mujer entregará Jehová a Sisara.» Por ello, Débora en su cántico entona alabanzas a Jael: «Bendita sea entre las mujeres que habitan tiendas, bendita sea.»

Digamos de paso, que los comentaristas coinciden en afirmar que Jael mató a Sisara no como un impulso personal, sino porque el celo por Jehová movió su mano. Esto no significa que su acción pueda compararse a la de David cuando mató a Goliat, pues éste lo hizo dando Ia cara. Dios ayudó a David. Jael no podía confiar en Ia misma forma en Dios. Aunque se sintió impulsada a eliminar a un enemigo reconocido de Dios y de su pueblo, le faltaba la fe de que Dios la ayuda-ra y por ello atacó a Sisara a traicón.

El relato de Jueces nos dice que después de haberle hablado ofreciéndole seguridad en su tienda, le cubrió con una manta, le dio de beber leche y se avino a vigilar a Ia puerta de la tienda para despistar a los que pudieran inquirir por Sisara. En vez de hacerlo, tomó una estaca de Ia tienda y con un mazo se acercó a Sisara calladamente y le metió la estaca por las sienes y lo dejó clavado en el suelo.

Jael mató a Sisara como un asesino mataría a su víctima, no como un campeón del Señor destruiría a los enemigos. Es bueno tener celo por Dios, pero no es posible elogiar el medio usado por Jael.

Preguntas sugeridas para estudio y discusión:

1¿ En qué forma estaba relacionada Jael con el pueblo de Israel?

2¿Podemos considerar como noble el acto de Jael?

3¿Si hubieras estado en lugar de Jael, habrías lIegado al extremo de matar a este rey?

4¿Perduró la fama de Jael, en el pueblo de Israel, como resultado de este hecho?

Hulda

  • Hulda

«Entonces fueron el sacerdote Hilcías y Ahicam, Acbor, Safán y Asaya a la profetisa Hulda, mujer de Salum, hijo de Ticva, hijo de Harhas, guarda de las vestiduras, la cual moraba en Jerusalén en la parte nueva de la ciudad, y hablaron con ella» (2 Reyes 22:14).

Léase: 2 de Reyes 22:14-20; 2 de Crónicas 34:21-33.

Hemos visto a varias mujeres ocupando posiciones eminentes en la historia de Israel. Incluso el trono de Judá fue ocupado por una reina durante varios años: Atalía. No hemos visto a ninguna mujer que fuera llamada profetisa, sin embargo, excepto a Débora. Débora subió a su cargo militar en una época en que los hombres parecían haber perdido el vigor. Ella les sirvió de inspiración. En esta época de desbarajuste en Israel y Judá, vemos a dos mujeres asumiendo posiciones clave en los asuntos del estado. Josabat, preservando el linaje real en una acción atrevida, cuando los hombres no daban la cara. Hulda, testificando el nombre de Jehová.

En el culto de Israel sólo los hombres podían ser sacerdotes. Incluso el cordero sacrificial tenía que ser macho, no hembra. En el mundo pagano las mujeres han ocupado lugares prominentes en los círculos religiosos, adivinadores, pitonisas y sibilas. El oráculo en Delfos y en Pitia estaba a cargo de una mujer. La mujer tiene una poderosa imaginación y sensibilidad. Tiene una mayor intuición que el hombre, y al parecer puede recibir raptos y éxtasis con tanta o mayor facilidad que los hombres. En la historia del pueblo judío hay muy pocas mujeres que descuellen como profetisas. Vemos una en el reino de Josías.

Los esfuerzos de Hulda parecen haber sido bendecidos. Ezequías había, finalmente, reaccionado contra la disolución moral y espiritual que había seguido después de Atalía. Pero esta reacción se había ido ya desvaneciendo. Bajo Manasés había desaparecido y el clima moral era pésimo. A su muerte la reforma era necesaria.

Entonces aparece la figura de Josías, un reinado largo y hermoso, probablemente bajo la inspiración de Jedida pero de modo especial de la profetisa Hulda, que animó al rey a reformar las condiciones paganas del estado. Hulda era una mujer campesina corriente. Estaba casada con Salum, del cual no sabemos nada más. A pesar del humilde origen de Hulda, tenía gran reputación, pues el rey envió al sumo sacerdote y otros ministros a que inquirieran de ella cuál era la voluntad de Dios. Y el relato nos indica que gracias a su profecía Josías fue inducido a renovar el pacto con Jehová.

Aun hoy quedan Huldas, mujeres que se han hecho líderes de causas que parecían del todo perdidas. En nuestros días de decaimiento de la iglesia necesitamos nuevas Huldas que hagan la misma magnífica labor.

Preguntas sugeridas para estudio y discusión

1. ¿Por qué las mujeres, entre ellas Hulda, adquirieron prominencia en ciertos casos en Israel?

2. ¿En qué forma servía Hulda?

3. ¿En qué forma es un ejemplo para nosotros?

Eva, Primera Mujer en la Tierra

Eva, Primera Mujer en la Tierra


"Porque Adán fue formado primero, después Eva; y Adán no fue engañado, sino que la mujer, siendo engañada, incurrió en transgresión" (1ra. Timoteo 2:13, 14).

Léase: 1a Timoteo 2:9- 15

Eva significa "madre de vida", o sea, "madre de todos los que tienen vida". Eva personifica todo lo femenino en la raza humana. En ella hay escondido, como en un grano o semilla, toda la gracia e independencia de una mujer, su susceptibilidad a Satán, pero también su susceptibilidad a la fe. Adán personificaba todo lo masculino, y en general lo humano. El mundo se burla hoy de la "costilla de Adán", pero gracias a este relato, al parecer absurdo, el creyente más sencillo de la Iglesia de Dios entiende la relación entre los hombres y las mujeres mucho mejor que el más profundo filósofo, que medita sobre él a base de su prejuicios personales.

Eva fue creada de Adán. Adán tiene que ser considerado como el origen y fondo del cual ella apareció. Pero esto no significa que Adán la hizo. Aunque ella procedió de él, fue Dios quien la creó. Por esta razón, ella también, antes de aparecer sobre la tierra, existía en el pensamiento de Dios. Dios la vio, y porque la vio la creó. Eva es el producto de esta creación divina.

Eva nunca fue un niño o una hija o una joven. En el instante de la creación estaba delante de Adán en el Paraíso, resplandeciente y en plena madurez femenina. Era una mujer completa, cuyas perfecciones no eran debidas a la cultura o la tradición, sino que era el producto de la creación divina. La mujer no tiene, pues, por qué quejarse de no ser un hombre, porque ella, como él, es el resultado de la actividad divina. El pensamiento de Dios está expresado en su ser femenino. Es verdad que Adán existió primero. El fue su cabeza y la raíz de que procedió ella. Pero Adán no era viable sin ella. Estaba en necesidad, y ella era la ayuda que necesitaba. Dios la creó como una ayuda para él. En realidad, la ayuda y sostén debe ser mutuo.

Satán vio inmediatamente que Adán podía ser seducido más fácilmente a través de Eva. Satán reconoció su amabilidad y gracia, pero también su fragilidad natural. Se dio cuenta que podía ser tentada. "Adán no fue engañado, sino que la mujer, siendo engañada, incurrió en transgresión", dice el apóstol Pablo. La mujer representa la gracia humana en alto grado. Lo bello en la naturaleza le entusiasma más que al hombre. Su sensibilidad es más viva e impresionable por lo concreto y lo atractivo. No es, instintivamente, menos santa o más pecadora. Pero era más susceptible a la tentación, porque estaba constitucionalmente menos adaptada para ofrecer resistencia que él. Pero no transgredió sola, sino que arrastró a Adán, con ella, al pecado. En vez de perderla a ella en manos de Satán, Adán se dejó atraer a él por causa de ella. La transgresión de Eva consiste esencialmente en "el pecado con el cual hizo que Adán pecara".

Debido a él, la felicidad de Eva duró muy poco. Resbaló en su primer paso. Adán no le extendió la mano para resguardarla, sino que se dejó arrastrar con ella. Ahora tenía que abandonar este magnífico Paraíso para entrar en un mundo de abrojos y cardos. La angustia que precede el dar a luz a los hijos afectó su ser gravemente. Perdió la confianza en sí misma que Dios le había dado. Ahora estaría sujeta al dominio de otro.

No sabemos cuánto tiempo vivió Eva, pero es probable que viviera centenares de años. Sus días tienen que haber sido tediosos y cansinos, ocasionalmente llenos de dolor. Había sido gloriosa un tiempo y había vivido, durante un corto período solamente en la hermosura del Paraíso. El verse echada en un mundo en el que nada había sido provisto para la mujer tiene que haber sido un contraste terrible. Eva fue apartada de su heredad. Su plenitud femenina fue completamente devastada.

Sin embargo, en lo profundo del alma de esta mujer, Dios sembró la semilla de una fe gloriosa, y por medio de ella permitió de nuevo que se levantara delante de ella un cielo. La simiente de esta mujer tentada había de quebrantar la cabeza del tentador. Eva concentró toda su alma en esa promesa. De hecho, cuando nació Cain de ella, supuso que este hijo era ya la simiente prometida y exclamó: "Por voluntad de Jehová he adquirido varón." ¡Pobre Eva! La desilusión que siguió a esta esperanza, cuando después de los años la tierra absorbió la sangre de Abel, tuvo que ser muy amarga.

No obstante, después de siglos. Los ángeles de Dios reconocieron la simiente de esta mujer en el Hijo de María. El Hijo de María era también el hijo de Eva. Nuestro privilegio consiste en que podamos reconocer a este Niño de Belén en su cuna. Entonces, quizá renuentes pero con una clara esperanza podemos recordar a Eva. Pensando en ella, en el Niño y en nosotros podemos decir la "Madre de todos".

Preguntas sugeridas para estudio y discusión:

1- ¿Qué significa el nombre Eva?

2- Eva pecó primero. ¿Por qué, pues el mundo se perdió debido al pecado de Adán?

3- ¿En qué forma el estudio de la vida de Eva refuerza nuestra fe?

Ester


Ester

"Y Mardoqueo había criado a Ester, hija de su tía, porque era huérfana; y la joven era de hermosa figura y de buen parecer. Cuando su padre y su madre murieron, Mardoqueo la adoptó como hija suya" (Ester 2:7).

Léase: Ester 2

Ester es la última mujer del Antiguo Testamento de la cual conocemos bastante para hacer un perfil de la misma. Encontramos en su carácter y conducta puntos dignos de elogio, pero también otros que lo son menos.

Digamos en primer lugar que, como dice el versículo, era muy hermosa. Tenía que serlo, pues el rey Asuero había ordenado que su imperio fuera reseguido y buscado para encontrar las mujeres más hermosas, y que éstas fueran traídas a Susa. Entre tanta belleza Ester fue considerada superior. Asuero se sintió cautivado por ella y la eligió para sustituir a la reina arrinconada Vasti.

Como cualidades de carácter encontramos dos que son agradables. Primero es su afecto por Mardoqueo, su padre adoptivo y segundo su decisión y valor al oponerse a Amán. Hay muchas personas que cuando emergen de la oscuridad a posiciones de autoridad y favor no se acuerdan más,o fingen no acordarse de las personas con quienes se habían frecuentado antes, incluso de sus deudos y familiares. No podemos decir esto de Ester.

Su valor es indudable. Arriesgó su vida al aparecer ante Asuero sin ser llamada: «Si perezco que perezca», resuena todavía como una demostración de su valor. Sus acciones fueron decisivas, realizadas con mucho tacto. Era una persona de carácter.

Entre los rasgos menos dignos de alabanza hay la impresión que produce su conducta de que vaciló bastante antes de decidir presentarse al rey (vease capítulo 4). Mardoqueo tuvo que usar lenguaje bastante enérgico para convencerla: «No te imagines que por estar en la casa del rey te vas a librar tú sola más que cualquier judío.» Y especialmente la conmovió otra parte del mensaje: «Quién sabe si para una ocasión como ésta has llegado a ser reina.»

Puede mencionarse también el hecho de que aceptara la proposición de Asuero de hacerla reina con evidente alegría. Vasti no había sido depuesta por una causa legítima, y aunque para discutir con Asuero sus acciones (sería ridículo pensar que podía haberle echado en cara este acto), no hay duda que el que una hija de Abraham se casara con un potentado pagano era una flagrante violación de las órdenes de Dios. En otras palabras, si su conciencia la hubiera acusado de un acto reprobable, podría haber procurado no causar tan buena impresión en el rey.

También es reprobable el que se dejara llevar por el deseo de venganza, o sea, que una vez había conseguido el decreto que permitió a los judíos matar a quinientos hombres en Susa que se oponían a ellos; entre ellos a los diez hijos de Amán (aparte del mismo Amán) no considerara que ya había bastante. Todavía le pidió al rey un día más de venganza (trescientos hombres murieron en esta nueva matanza), y que se dejara colgando de la horca a los diez hijos de Amán. Esto es reprobable.

Los planes de Amán eran para la eliminación de todo el pueblo judío, Ester incluida, si fuera posible, pero Ester no mostró clemencia. Tenemos que llegar al Nuevo Testamento para hallar figuras dulces como María, la madre de Jesús,o María de Betania. Ester también contribuyó a su manera a la redención de su pueblo. Es necesario que sea erigida la cruz en el Gólgota para que cesen todas estas matanzas y la paz y el amor se enseñoreen de los corazones.

Preguntas sugeridas para estudio y discusión:

1. ¿Cuáles son algunas de las buenas cualidades de Ester?

2. ¿Por qué la impresión que nos produce Ester no puede ser del todo favorable, a pesar de estas buenas cualidades?

3. ¿Hizo bien Ester al vengarse una vez había conseguido su propósito?

EL DIOS VIVO Y VERDADERO


EL DIOS VIVO Y VERDADERO

A1 comenzar a reflexionar acerca de la visión cristiana del hombre y de los decretos de Dios que sustentan la existencia del hombre, sin duda nos encontramos en medio de un mundo perturbado. Vivimos en tiempos de cambios vertiginosos. Menos de veinte años después de una guerra que se supuso haber sido en defensa de la democracia, esta democracia se halla casi en todas partes en estado precario y la libertad va rápidamente camino a la total desaparición. ¿ Quién habría pensado, hace veinte años, que al cabo de un período de tiempo tan breve la libertad de expresión y la de prensa iban a estar completamente exterminadas en grandes sectores de Europa occidental? ¿Quién habría pensado que Europa se fuera a hundir tan pronto en unas tinieblas peores que las medievales ?

Norteamérica no ha sido una excepción en cuanto a tal decadencia. La libertad se ve amenazada, y se cierne sobre nosotros en un futuro próximo el espectro de la vorágine sin esperanza de un estado colectivista.

No cabe duda de que si consideramos al mundo como a un todo, nos vemos obligados a reconocer que los fundamentos de la libertad y la honestidad están sufriendo un deterioro progresivo y que los lentos logros de siglos son arrinconados temerariamente.

En una época como esta de cambios caleidoscópicos, ¿ existe algo que siga inmutable? Cuando tantas cosas han demostrado no merecer nuestra confianza, ¿hay algo en que podamos confiar?

Hay por lo menos un punto claro ? no podemos confiar en la Iglesia. La Iglesia visible, la Iglesia tal como existe en la actualidad sobre la tierra, ha caído demasiado a menudo en el error y el pecado.

No, no podemos acogernos a la Iglesia en nuestro desengaño con el mundo.

Pero entonces, ¿hay algo a que podamos acogernos ? ¿ Existe algo que permanezca inmutable cuando tantas cosas cambian ?

Para esta pregunta tengo una respuesta bien concreta. Se contiene en un versículo tomado de la profecía de Isaías: "Sécase la hierba, marchitase la flor; mas la palabra del Dios nuestro permanece para siempre." Hay muchas cosas que cambian, pero hay una que no cambia. Es la Palabra del Dios vivo y verdadero. El mundo sufre decadencia, la Iglesia visible ha apostatado en forma considerable; pero cuando Dios habla podemos confiar en El, y su Palabra perdura para siempre con garantía absoluta.

¿ Dónde ha hablado Dios ? ¿ Dónde podemos encontrar la Palabra de Dios ? Traté de responder a esto en la primera parte de esta serie de charlas, que ha sido publicada con el título de La Fe Cristiana en el Mundo Moderno. Encontramos la Palabra de Dios en la Biblia. No decimos solamente que la Biblia contiene la Palabra de Dios; afirmamos que la Biblia es la Palabra de Dios. En una época de agitación y angustia, y en medio de las dudas y debilidades de nuestras vidas, podemos acogernos con confianza absoluta a ese Libro.

Cuando decimos que la Biblia es la Palabra de Dios, queremos significar en realidad algo muy concreto. Queremos decir que la Biblia es verdadera.

Queremos decir que los escritores de la Biblia, además de todos los requisitos providenciales que Poseyeron para su tarea, recibieron un impulso y asistencia inmediatos y sobrenaturales por parte del Espíritu de Dios, impulso y dirección que hicieron que se vieran libres de los errores que se encuentran en los otros libros. Como resultado de ello, este libro, la Biblia, es completamente verdadero en todo lo que dice acerca de cuestiones de hecho y tiene una autoridad absoluta en lo que ordena. Esta es la gran doctrina de la inspiración plenaria o total de la Sagrada Escritura.

Esta doctrina, al contrario de lo que a menudo se le ha imputado, no violenta la originalidad y personalidad del escritor bíblico ; y no quiere decir que se convirtieran en simples autómatas que no sabían qué hacían. Sí significa, en cambio, que la acción del Espíritu Santo en la inspiración fue sobrenatural. No fue una simple acción providencial de Dios, ni el simple empleo por parte de Dios de los recursos del universo que había creado ; fue una interferencia benévola y gratuita en el curso de la naturaleza por parte del poder inmediato de Dios.

Esta doctrina significa que la Biblia es obra de Dios y no del hombre. Otros libros dan la idea que aconsejan en cuanto a lo bueno y lo malo; este libro sólo aconseja acerca de lo bueno, o más bien da mandatos precisos que nos llegan con la plena autoridad del Dios soberano.

Esta serie de charlas que ahora comenzamos se basa en esta visión elevada de la Biblia. Trataré de examinar la Biblia con ustedes a fin de descubrir qué ha dicho Dios, no un simple hombre.

En esta presentación de lo que Dios nos ha dicho en la Biblia espero de verdad no carecer de sincera compasión por el hombre que no cree en lo que yo creo ; espero no carecer de simpatía por el que duda. Espero poderle mostrar a ese hombre en el curso de mis conversaciones que algunas de las objeciones contra las enseñanzas de la Biblia, moneda corriente entre nuestros contemporáneos, se basan en un malentendido de lo que la Biblia dice o en una falta de examen de pruebas importantes que confirman la verdad de la Biblia. Pero todo esto no debería confundir lo que trato de hacer. No intento presentarles lo que he descubierto por mí mismo ni tampoco ayudarles a descubrir cocas por ustedes mismos, sino que les pido que escuchen conmigo lo que Dios nos ha dicho en su Palabra.

En la serie de la que ésta que hoy iniciamos es continuación, ya comencé a hablarles acerca de lo que Dios nos ha dicho en su Palabra.

La revelación de Dios que se contiene en la Biblia, dijimos, no es la única revelación que Dios ha hecho. Dios se ha revelado por medio del universo que ha hecho. "Los cielos cuentan la gloria de Dios, y el firmamento anuncia la obra de sus manos." También se ha revelado Dios por medio de su voz en nosotros, la voz de la conciencia. "Cuando los gentiles que no tienen ley, hacen por naturaleza lo que es de la ley, éstos, aunque no tengan ley, son ley, son ley para sí mismos." La Biblia pone el sello de aprobación en lo que se puede llamar "religión natural."

Pero la revelación de Dios por medio de la naturaleza no es la única revelación que Dios ha dado. Además de ella ha dado una revelación que se llama "sobrenatural" por razón de su naturaleza superior.

Esta revelación sobrenatural se necesitaba por dos razones.

En primer lugar, la revelación de Dios por medio de la naturaleza se había ido ocultando a los ojos de los hombres por razón del pecado. Las maravillas del mundo de Dios hubieran debido hacer que los hombres adoraran y glorificaran al Creador, pero su necio corazón se entenebreció. La voz de la conciencia hubiera debido decides con claridad qué era bueno y qué era malo, pero la conciencia de los hombres se había insensibilizado como cauterizada. Por ello el hombre pecador necesitaba una confirmación nueva y clara de lo que la naturaleza y la conciencia decían.

En segundo lugar ?y esto es todavía más importante que lo advirtamos? el hombre como pecador necesitaba que se le revelaran acerca de Díos ciertas cocas de las que la naturaleza y la conciencia no ofrecían ni el más mínimo indicio. Necesitaba que se le revelara la gracia de Dios. El pecado no sólo lo había cegado sino también perdido. Se hallaba bajo su culpa y maldición. Se encontraba bajo su poder. Necesitaba que se le indicara la forma en que Dios lo había salvado. La naturaleza nada decía en cuanto a esto. El conocimiento de ello sólo le podía llegar al hombre pecador en una manera que fuera sobrenatural en el sentido más estricto.

¡Qué maravillosamente rica es la revelación sobrenatural que se encuentra en la Biblia! ¡Cuánto supera a la revelación de Dios por medio de la naturaleza! Toda la doctrina de la Trinidad, la aparición y obra del Señor Jesucristo, la aplicación de la obra de Cristo por medio del Espíritu Santo, la promesa gloriosa de un mundo venidero ? todo esto no se nos manifiesta por medio de la naturaleza ; se nos dice en la Biblia y en la Biblia únicamente. Se nos comunican con una revelación que no es natural sino sobrenatural.

En la serie anterior, comencé a hablarles acerca de esta revelación. Les expuse la gran doctrina bíblica del Dios trino. Hay un solo Dios, pero en tres personas ?Padre, Hijo y Espíritu Santo.

En la médula misma de esa presentación de la doctrina de la Trinidad en la Biblia, según vimos, está la enseñanza referente a la divinidad de Jesucristo.

Hace unos mil novecientos años, vivió en Palestina una persona llamada Jesús.

Acerca de El hay dos opiniones.

Unos lo consideran simplemente como un gran genio religioso, como el fundador de una de las grandes religiones mundiales, como hombre que no mezcló su propia persona con el evangelio, que no exigió que los hombres tuvieran ninguna idea especial acerca de El sino que sencillamente les proclamó a Dios el Padre, que no pidió que los hombres tuvieran fe en El sino sólo en Dios de la misma forma que él había tenido fe en ese Dios. Según los que tienen esta idea Jesús fue tan sólo un maestro y ejemplo, el que abrió para el género humano una senda nueva hasta Dios. Esta es la idea de los incrédulos.
Pero hay otra idea acerca de Jesús. Según ella, la persona conocida en la historia como Jesús de desde toda la eternidad. Era infinito, ? Dios eterno a inmutable. Por medio de E1 fue hecho este vasto universo. Vino a este mundo por su propia voluntad. Tomó nuestra naturaleza, y .nació como hombre a fin de poder redimir a su pueblo en la cruz. Cuando vivió en la tierra, se ofreció a los hombres como objeto de fe, y no les pidió que tuvieran tan sólo fe en Dios como la que él mismo tenía, sino creyeran en El. Hizo depender la salvación de la fe en El. Murió en la cruz como sacrificio para satisfacer a la justicia divina y reconciliarnos con Dios. Es Dios y hombre en dos naturalezas distintas y una sola persona, y esto para siempre. Volverá y lo veremos con nuestros propios ojos. Esta idea de Jesús es la de los cristianos.

Vimos que esta perspectiva cristiana de Jesús es la que enseña en la Biblia, y es la que Jesús mismo enseñó en cuanto a su persona.

¿Se presentó Jesús a sí mismo mientras estuvo en la tierra sólo como ejemplo para la fe de los hombres ? ¿ Dijo tan sólo : "Creed en Dios de la misma forma que yo creo en El? ¿Fue indiferente a lo que los hombres pensaran de El ?

Estos interrogantes son fáciles de contestar si tomamos el relato bíblico acerca de Jesús como un todo. El Jesús que se presenta en forma total en la Biblia es evidente que se ofreció a sí mismo a los hombres como objeto de fe, y que hizo de la fe en su persona algo esencial para conseguir la vida eterna.

Pero los incrédulos no aceptan la presentación completa de la Biblia acerca de Jesús. Bien, entonces, le diré al amigo incrédulo : "Aquí times un Nuevo Testamento. Tómalo y escoge el pasaje que quieras para demostrarme que lo forma de pensar acerca de Jesús es la adecuada. Sé que no lo gustan los pasajes que yo lo cito. Veamos, pues, qué dicen los pasajes que tú escoges."

En nuestra serie anterior de charlas vimos que cuando se invita al incrédulo a que escoja un pasaje, lo más probable es que recurra al Sermón del Monte. En él, dicen los incrédulos, tenemos a un Jesús no teológico, a un Jesús que dio mandatos elevadísimos y dio a entender que estos mandatos se podían obedecer fuera cual fuere la idea que los hombres tuvieran acerca de El. No cesan de decirnos esto. La teología, se nos dice, .no es lo importante, ni siquiera la teología que se ocupa de Jesucristo. Si, prosiguen, los hombres se decidieran tan sólo a hacer lo que Jesús dice en el Sermón de la Montaña, sería macho mejor que llegar a algunos acuerdos en cuanto a El o al significado de su muerte.

"Bien," le diré a ese amigo incrédulo, "tomemos sólo ese pasaje que has escogido, veamos sólo el Sermón de la Montaña, y examinemos si realmente presenta lo idea de Jesús, si en realidad nos presenta un Jesús que fuera tan sólo un maestro y ejemplo y que no pidió a los hombres que tuvieran ninguna idea específica elevada en cuanto a El.

Esto hicimos en nuestra última serie. Tomamos el Sermón de la Montaña pare examinarlo desde esa perspectiva. ¿Y qué descubrimos? ¿Descubrimos un Jesús que no identificó su persona con el evangelio que predicaba y que no se preocupó de lo que los hombres pensaran de El!

Respondimos en forma rotundamente negativa. Lo que describimos en el Sermón de la Montaña fue un Jesús que en la forma más sorprendente otorgaba las recompenses en el Reino de Dios, un Jesús que situó sus mandatos en completa paridad con los de Dios en el Antiguo Testamento, un Jesús que no dijo como los profetas, "Así dice el Señor," sino que dijo, "Mas Yo os digo," un Jesús que llamó bienaventurados a los que mantuvieran una determinada relación con Él ?"Bienaventurados sois cuando por mi causa os vituperen y os persigan, y digan toda clase de mal contra vosotros, mintiendo" ? un Jesús que dijo de sí mismo que un día se sentaría en el mismo tribunal de Dios tiara determinar el destino final de las hombres de forma que a unos los enviaría al castigo eterno y a los otros a la vide perdurable.

No, en el Sermón de la Montaña no podemos hallar ningún indicio que nos permita eludir al Cristo del resto del Nuevo Testamento. No hallamos en dicho pasaje ?por favorito que sea de los incrédulos? ningún Jesús simplemente humano que se mostrara indiferente a lo que los hombres pensaran de E1 y que les pidiera tan sólo que lo tomaran como ejemplo suyo que siguieran sus pisadas en la senda hacia Dios. Encontramos en ese pasaje al igual que en cualquier otro pasaje a un Cristo y a uno solo ? el Cristo que fue verdadero hombre y verdadero Dios.

Si, por otra parte encontráramos de hecho en el Nuevo Testamento el Cristo que algunos buscan, un simple líder y ejemplo, un simple descubridor de la senda que conduce hasta Dios, ¿qué bien haría este Cristo a nuestras almas ? ¿ Qué bien produciría un simple guía y ejemplo a quienes, como nosotros, estamos muertos en nuestras transgresiones y pecados y nos hallamos bajo la justa ira y maldición de Dios ?

Recuerdo que hace unos cuantos años dirigí la palabra a una asamblea que se reunió en Philadelphia pare estudiar el tema "La Responsabilidad de la Iglesia en esta Nueva Era." Uno de los oradores, que no era cristiano ?quiero decir que ni siquiera se profesaba cristiano? dijo unas cuantas cosas muy agradables en cuanto a Jesús. Pero el punto culminante de su perorata fue la cite de las palabras de Jesús tomadas del Antiguo Testamento referentes al error de Dios y del prójimo: "Amarás al Señor lo Dios con todo lo corazón, y con toda lo alma, y con toda lo mente, y amarás a lo prójimo como a ti mismo."

"¿Acaso esto, que no es ningún dogma, no es suficiente pare cualquiera?" dijo el orador.
Desde luego que lo es un dogma o doctrina, sino un mandamiento. ¿Pero tuvo razón el orador en pretender que es suficiente para cualquiera; y si tuvo razón en esto, por qué los cristianos insistimos en agregarle doctrinas entre las que figura la de la divinidad de Cristo? ¿Por qué ,no nos contentamos con decir, "Amarás al Señor lo Dios, y amarás al prójimo como a tí mismo"? ¿ Acaso no es suficiente para cualquiera ?

¿Cuál es la respuesta desde el punto de vista cristiano ? Es muy sencilla. Sí, no cabe duda de que el gran mandamiento doble de Jesús, "Amarás al Señor lo Dios con todo lo corazón, y con toda lo alma, y con toda lo mente, y amarás al prójimo como a ti mismo" es más que suficiente para cualquiera. Ah, pero el caso es amigos, que es demasiado. Ahí está el problema. Esta es la única razón de por qué somos cristianos. Este mandamiento estupendo de Jesús es demasiado riguroso ; es tan riguroso que no hemos acertado a cumplirlo. Si hubiéramos amado a Dios y a nuestro prójimo, en la forma elevadísima que requirió Jesús, todo habría estado bien; nada aparte de esto habríamos necesitado ; no habríamos necesitado ninguna doctrina de la Cruz de Cristo porque no habríamos necesitado ninguna cruz de Cristo ; no habríamos necesitado ninguna doctrina de la persona de Cristo ?Dios y hombre en dos naturalezas distintas y una sola persona? porque no habría habido necesidad de que Cristo se hiciera hombre. Hubiéramos sido justos, y no se hubiera necesitado un Salvador.

Pero el hecho es que somos pecadores. Esta es la razón de que necesitemos algo más que un maestro, que un ejemplo, que un legislador. Por esto necesitamos lo que los incrédulos desprecian por considerarlo simple doctrina pero que nosotros preferimos llamar el evangelio. Por esto nos aferramos con toda nuestra alma a las grandes doctrinas bíblicas de la persona y obra de Jesucristo.

Supongan que yo hubiera escuchado a Jesús sólo como a gran ejemplo y legislador. Supongan que yo hubiera oído que decía, "Amarás al Señor lo Dios y al prójimo como a tí mismo"; supongan que lo hubiera oído decir, en el Sermón de la Montaña, "Bienaventurados los de limpio corazón, porque ellos verán a Dios." ¿ Qué podría decirle entonces ? Le diría : "Te doy las gracias, Jesús ; esto es lo que necesitaba saber; estoy tan feliz de saber que si amo a Dios y a mi prójimo y soy limpio de corazón todo irá bien y entrar é en el Reino de Dios."

Amigos míos, lo cierto es que no sé qué diría, aunque desde luego no sería nada parecido a esto. Sólo podría decir, después de escuchar los mandamientos de Jesús : "Ay, estoy perdido ; no he amado a Dios ni al prójimo; no he sido limpio de corazón; soy pecador; Jesús, ¿no tienes nada, aparte de tus exigentes mandamientos, para decirme ?

Cuando me llego a Jesús de este modo como pecador, confesándole que no he obedecido sus mandamientos y que no tengo nada que ofrecerle sino que soy completamente indigno y desvalido, ¿ tiene algo que decirme ? Se limita a decir : "Ya has oído mis rigurosos mandamientos ; esto es todo lo que tengo que decirte ; este es todo el evangelio que tengo para ofrecerte ; esta es toda la doctrina que necesitas."

No, gracias a Dios, esto no es todo lo que tiene par darme ese frío consuelo de un mandamiento que no he cumplido ni puedo cumplir. Me da algo más que esto. Se me da a sí mismo. Se me ofrece a sí mismo en la Biblia como mi Salvador que murió por mí en la cruz y que ahora vive como aquel en quien puedo confiar. Se me ofrece a sí mismo en las grandes doctrines de su persona y obra. Si hubiera sido distinto, no habría podido salvarme y yo no podría confiar en él pare que me salve. Pero como es el mismo Dios, me pudo salvar y me salvó y el Espíritu Santo me ha unido a El por medio de la fe.

¿Lo ven, amigos? Esta es la razón de que el cristiano insista en la doctrine de la divinidad de Cristo. No la considera como algo puramente académico, sino que recurre a ella como náufrago que se aferra a la tabla que lo puede salvar de ahogarse. Ningún Cristo inferior al del Evangelio podía salvarnos ; este Cristo solo pudo salvarnos de la muerte eterna.

Desde esta perspectiva vamos a enfocar lo que esperamos exponer en las charlas siguientes. La doctrine presentada en la Biblia no es pare nosotros un asunto de interés curioso ; no es algo pare ser relegado a los seminarios o aulas. Es un asunto de importancia trascendental ; es un asunto de vide o muerte. Nos hallamos al borde de la eternidad. Somos pecadores. Merecemos la ira y maldición de Dios. Nuestra esperanza radica sólo en lo que Dios nos ha dicho en su Palabra. Escuchémosla mientras tenemos tiempo.