jueves, 8 de mayo de 2008

La suegra de Pedro

  • La suegra de Pedro

"Habiendo entrado Jesús en casa de Pedro, vio a la suegra de éste postrada en cama con fiebre". Mateo 8:14

Lease Mateo 8:14-17

Cuando Jesús dijo a Pedro y a Andrés: "¡Seguidme!" los dos dejaron todo lo que tenían y le siguieron. Los lazos que unían a Pedro, y en general a los discípulos, con sus familias tenían que ser cortados, y nuevos lazos tenían que aparecer para sustituirlos. Pero, Pedro ya no pertenecía a Betsaida, ni a la familia de su padre Jonás. Pertenecía a Jesús y a su Reino. Recordemos a Jesús: "El que ama a su padre o madre más que a mi no es digno de mí." Esto parece una exigencia extrema. Y los primeros cristianos hicieron este sacrificio por sus convicciones: lo dejaron todo para seguir a Jesús.

Eso no era obstáculo para que los lazos deshechos entre el discípulo y su familia fueran luego reconfirmados. Esto ocurrió en el caso de Salomé, la madre de Juan y Jacobo, y en este caso entre Pedro y su suegra. Estas mujeres creemos que se convirtieron a la fe. En cuanto a Salomé es seguro. Sabemos de la suegra de Pedro que servía a Jesús. No cabe duda que el milagro recibido tenía que disponerla a adorar al Señor.

No sabemos si vivía en Betsaida o Capernaum, aunque no importa. Allí Pedro y Andrés poseían una casa. Posiblemente heredada de su padre. Pedro era casado, y al seguir a Jesús dejó la casa a cargo de la esposa. Cuando Jesús visitó la casa, su madre vivía con ella. No sabemos si Andrés era casado. Tampoco sabemos si había hijos. Sabemos que la esposa de Pedro todavía vivía cuando Pablo era creyente, por la referencia que hace a ella en 1a Corintios 9:5.

En nuestra historia vemos que la suegra de Pedro está enferma. No sabemos si era una enfermedad grave. Pero, sí que Jesús llegó, le tocó la mano, y a pesar de que "estaba postrada en cama" se puso bien: se levantó y les servía.

De este incidente aprendemos que el hecho que Jesús mandara a sus discípulos que lo dejaran todo para seguirle no les impedía mantener las relaciones con la familia, pues de otro modo Pedro no les habría visitado. En este caso toda la familia alaba al Maestro.

Las relaciones entre yernos y suegras no siempre son lisas y suaves. Es posible que en algunos casos no haya la discreción debida o la paciencia deseable por parte de los dos, en estas relaciones. Por otra parte el amor puede superar todas las discrepancias y diferencias en el modo de ver las cosas. En el caso de Pedro hemos de creer que su enfermedad había unido a toda la familia en oración. Ahora, una vez curada, ella muestra su amor y se dedica a servir al grupo que había traído a casa su yerno, especialmente a Jesús que la había curado. Reinaba la armonía en aquella casa

Preguntas sugeridas para estudio y discusión:

1- ¿Qué quería decir Jesús cuando les decía a los que habían de ser sus discípulos: «Sígueme»?

2- ¿Curó Cristo a esta mujer del todo?

3- ¿Qué lección particular aprendemos aquí sobre las relaciones dentro de la familia?

Salomé

  • Salomé

"Entonces se le acercó la madre de los hijos de Zebedeo, con sus hijos, postrándose ante él y pidiéndole algo" (Mateo 20:20)

Lease Lucas 20:20-28; Marcos 15:40, 41.

Salomé era la esposa de Zebedeo, y la madre de Juan y Jacobo. Lo notamos al comparar Marcos 15:40 con Mateo 27:56. Marcos nos da el nombre de Salomé como una de las mujeres que estuvieron presentes en el entierro de Jesús. En Mateo no se menciona su nombre pero se la designa como la madre de los hijos de Zebedeo. Salomé podía considerarse como muy bendecida entre las mujeres, puesto que era la madre de dos de los discípulos más queridos por Jesús. Es indudable que los tres apóstoles en quienes Jesús tenía más confianza eran Pedro, Juan y Jacobo. Más adelante apareció Pablo, pero este no formaba parte de los doce. Jacobo y Juan, junto con Pedro, siempre son nombrados en ocasiones aparte. Jacobo murió como mártir según vemos en Hechos 12:2, por lo que su entrada en el cielo precedió a la de los otros apóstoles. De los once que habían presenciado la ascensión de Jesús en el monte de los Olivos, Jacobo fue el primero llamado a la comunión con el Señor.

La vida de Salomé, pues, dio mucho fruto. Sus dos hijos retuvieron su posición clave entre los apóstoles. Juan murió mucho más tarde. Fue el último de los apóstoles que murió, después de la revelación de Patmos.

Salomé era la mujer de un pescador. Vivían en la cosata del Lago de Genezaret. Era de esperar que sus hijos Juan y Jacobo seguirían moviéndose entre barcas y redes, continuando la ocupación de su padre. Pero, el curso de la familia fue cambiando súbitamente cuando Jesús los llamó a formar parte de su grupo. Su posición como apóstoles de un Rey con poder en el cielo y en la tierra cambió las ambiciones de Salomé para ellos, como veremos a continuación.

Hay multitud de leyendas con respecto a Salomé. Por ejemplo: que nació de un primer matrimonio de José, y por ello estaba emparentada con la familia de María. Otra, que era hija de Zacarías. El sentido de ellas es establecer el hecho que Jacobo y Juan probablemente habrían ya oído hablar de Jesús, cuando éste los llamó. Más probable es que la familia había oído hablar de Jesús a través de Juan el Bautista, cuando este predicaba junto al Jordán. Esto significa que la familia ya estaba preparada para recibir el mensaje, pues no se nos dice que Zebedeo hiciera el menor esfuerzo para retenerlos; en cuanto a María sabemos que fue luego ella misma a escuchar a Jesús y que siguió a las mujeres. Ya vimos que fue una de las mujeres que preparó los lienzos y especias para el entierro de Jesús.

El pecado de Salomé era el de los apóstoles. Reconoció que Jesús era el Mesías, pero no podía separar al Mesías de la gloria temporal de Israel. No se dio cuenta que los hijos de Abraham lo eran por la fe, no por sus hijos y por Pedro, y quizá sintiera incluso celos de Pedro y quiso asegurarse de que sus hijos, cuando Jesús viniera en su Reino, tuvieran un lugar de honor en él. Estas razones, comprensibles al considerar el orgullo natural de madre, la inducen a esta petición pecaminosa. No procedía de la fe, sino de lo opuesto a la fe.

¿Cuál fue la respuesta de Jesús? Dirigiéndose a sus hijos, que estaban con ella, les pregunta si podían beber de la copa que estaba preparada para él. Los hijos respondieron que podían. Jesús les confirmó el hecho que realmente lo harían: profetizando con ello el martirio, del que los dos iban a morir más adelante en distintas circunstancias. ¡Esta fue la corona de Salomé! ¡Una corona de eterno peso de gloria!

Preguntas sugeridas para estudio y discusión:

1- ¿Qué dos hijos de Salomé fueron seguidores de Jesús desde el principio de su ministerio?

2- ¿Qué categoría tenían entre los discípulos? ¿En qué orden murieron?

3- ¿Cuál era el principal pecado de Salomé? ¿Estaba orgullosa de sus hijos?

Safira

  • Safira

"Pero cierto hombre llamado Ananías, con Safira su mujer, vendió una heredad, y se quedó con parte del precio, sabiéndolo también su mujer" (Hechos 5:1, 2)

Lease Hechos 5:1-11

Dios castigó a Safira con la muerte por haber colaborado con su esposo en un acto fraudulento. Lo ocurrido no parece que debería haber dado lugar a un resultado tan trágico. Vamos a considerar los hechos en conjunto.

Ananías y Safira, los dos se habían segregado del judaísmo y se habían adherido a los seguidores de Jesús. No eran meramente simpatizantes: vendieron una propiedad suya y entregaron a los apóstoles una buena parte de la venta, para beneficencia o necesidades de los apóstoles y la predicación. ¿Cómo pudo dar lugar a un castigo tan grave un acto de generosidad?

En la Iglesia de Jerusalén habíase formado un espíritu de cooperación extrema, que afectaba incluso a la entrega de las posesiones personales, para ministrar a las necesidades de los santos. Muchos vendían sus propiedades, casas, campos y entregaban el producto a los apóstoles. No es infrecuente al principio de movimientos o avivamientos que los seguidores muestren gran entusiasmo.

Es posible que Ananías y Safira eran bien conocidos, y también lo era el hecho de que tenían una propiedad. El retenerla, cuando los demás vendían las suyas, podía producir la impresión de egoísmo ante los demás fieles.Ananías y Safira querían asegurarse de mantener las apariencias y su reputación de piedad. Decidieron pues, vender la propiedad. Una vez vendida, de comun acuerdo decidieron que, sin menoscabo para su reputación, iban a retener parte del producto de la venta. Es posible que no retuvieran mucho, pues de otro modo la discrepancia se habría hecho evidente.

Lo que vemos aquí esencialmente es que su acción no era motivada espiritualmente. Y al dar la apariencia de que entregaban todo lo obtenido de Ia venta, la acción adquiría el carácter de fraude a los ojos de los apóstoles, y una mentira ante los ojos de Dios. Era un verdadero sacrilegio.

No sabemos si Pedro se enteró del precio indirectamente o si le fue revelado por Dios. Pero su acusación fue fulminante:«¿No podías retenerlo todo para ti siendo tuya la propiedad? La mentira no es a los hombres sino a Dios que la has dicho.» Ananías expiró al oir estas palabras. A las tres horas más o menos, apareció Safira y cuando Pedro le preguntó a qué precio habían vendido la heredad; Safira, que se había puesto de acuerdo con su esposo, repitió la mentira. Safira «cayó a los pies de Pedro y expiró».

PREGUNTAS SUGERIDAS PARA ESTUDIO Y DISCUSION

1. ¿Qué acción benefica decidieron hacer Ananías y Safira?

2. ¿En qué forma frustró el diablo sus planes?

3. ¿En qué forma fue castigado este fraude?

Rode

  • Rode

"Cuando Pedro llamó a la puerta del patio, salió a escuchar una muchacha llamada Rode"

Lease Hechos 12:13-25

No se nos dice mucho de Rode, pero algunos rasgos de su carácter se hacen evidentes en su breve aparición en el libro de los Hechos. Era una de las criadas de María, la madre de Marcos, y vivía en la casa de ellos, en Jerusalén. El incidente en que aparece es el acto de abrir la puerta a Pedro cuando este había salido milagrosamente de la cárcel. Hay tres cosas destacables: Primero es que Rode se había adherido a la misma fe de su señor. La pequeña contregación se reunía en la casa de María. Era ya más tarde de la medianoche. Estaban juntos orando en favor de Pedro que estaba en la cárcel. Rode participaba plenamente en la vida de aquella casa, no se limitaba a recibir manutención y salario. Creía en el mismo Dios de María y compartía sus goces y sus penas. Era una criada ideal; servía a su señora y a la iglesia de Dios.

Servía también con diligencia. Estaba destacada a la puerta, separada de la casa por un patio o vestíbulo. De buena gana Rode habría estado dentro con los otros en Ia oración y la conversación. Sin embargo, vigilaba en la puerta. Se daba cuenta que era mejor cumplir con su deber que dedicarse a ejercicios más piadodos dentro.

Finalmente, el tercer rasgo que vemos en Rode es su naturaleza exuberante. Lo demuestra la forma como se comportó cuando Pedro anunció su llegada con unos recios aldabonazos. Al reconocer la voz de Pedro, «de gozo no abrió la puerta, sino que corrió adentro a anunciar que Pedro estaba a la puerta» Es posible que interrumpiera la oración de alguno o un mensaje, pero no tuvo inconveniente en hacerlo. Los de dentro al ver su alborozo y sus gritos, probablemente medio incoherentes, pues estaba embargada por la emoción, le dijeron que estaba loca. Sólo después fue a abrir y tardaría bastante, pues se nos dice que, «Pedro continuaba llamando». Rode era una muchacha espontanea, con la emoción a flor de piel, llena de entusiasmo, y leal a la causa.

PREGUNTAS SUGERIDAS PARA ESTUDIO Y DISCUSION

1. ¿Trabajaba Rode meramente por su salario?

2. ¿Cómo ejecutaba sus deberes?

3. ¿Qué espíritu saturaba su obra? ¿Qué significaba Rode para nosotros?


La mujer del flujo de sangre

  • La mujer del flujo de sangre

"En esto, una mujer enferma de flujo de sangre desde hacía doce años, se le acercó por detrás y tocó el borde de su manto." (Mateo 9:20)

Lease Marcos 5:24-34

La mujer arrastra aún las consecuencias de la maldición del Paraíso: "En dolor darás a luz a tus hijos" Y no sólo dolor en los partos, sino una multitud de dolencias relacionadas directa o indirectamente con este proceso fisiológico. No sabemos si la enfermedad de esta mujer había resultado de algún parto, pero no hay duda que podía haberse dado este caso.

Esta mujer sufría su pena y su molestia en secreto. No se nos dice nada más, sino que se trataba de un "flujo de sangre" o sea hemorragias, y que ya hacía doce años. Después de tantos años hemos de suponer que su salud habría decaído, y que se encontraría pálida y decaída. En cambio su fe era firme y enérgica. De no haber sido así no se habría atevido a mezclarse con la multitud para acercarse a Jesús en público.

No se atrevió sin embargo a hablarle a Jesús de esta dolencia. Es posible que estuviera avergonzada de la misma. Por ello se acercó por detrás y tocó el borde del manto de Jesús. Sabemos que como resultado de este acto de fe, ("Si tocó aunque sólo sea su manto"), la mujer quedó realmente curada de su aflicción. Cesó el flujo, después de tantos años, en aquel momento.

Hemos de suponer que la mujer habría ido más de una vez al médico. Pero no había conseguido ningún resultado. No cabe duda que había hecho lo debido al ir al médico. Pero el don de la medicina dista mucho de ser perfecto. No había recibido ayuda alguna. Por otra parte, sus medios de vida no serían abundantes, y la pobre mujer necesitaba todo lo que tenía para su sustento. Cansada y decepcionada, ya se habría resignado a sufrir su enfermedad en silencio.

Pero, la fe le impidió llegar al desespero. Fue a Jesús. No pidió nada. Tocó el borde de su manto. Y quedó sanada. La fe puede realizar cosas estupendas. Jesús se lo dijo: "Tu fe te ha salvado; vete en paz y queda sana de tu aflicción." Aun cuando hemos de ponernos en manos del médico cuando estamos enfermos, no siempre es la voluntad de Dios que recibamos la curación por este medio, o por ningún medio. Dios siempre nos sostendrá y aliviará el sufrimiento, aunque no nos cure. Él da a los que sufren una visión de su compasión y amor.

Preguntas sugeridas para estudio y discusión:

1. ¿Qué resultado había obtenido esta mujer de ir al médico, o de los otros médios de curación que había probado, antes de que Jesús la curara?

2. ¿Qué razgo de la mujer le condujo a tocar el manto de Jesús?

3. ¿Premia la fe de todos los enfermos Dios curándoles de sus dolencias? Si no lo hace, ¿qué hace?

Marta

  • Marta

"Pero Marta se preocupaba con muchos quehaceres, y acercándose dijo: Señor, ¿no te importa que mi hermana me deje servir sola? Dile, pues, que me ayude". Lucas 10:40.

Lease Juan 11:1-45

Nos es difícil pensar en Marta sin traer a María a escena. Las dos son diferentes, es verdad. María era una cristiana quieta, que gustaba de escuchar a Jesús, sentada a sus pies. Marta estaba en continuo trajín, afanándose por servir mejor al Maestro. Sería un error hacer el contraste entre las dos como de luz y tinieblas, bien o mal.

Jesús le dijo a Marta, cuando esta le instó a que ordenara a su hermana que la ayudara, que María había escogido la buena parte, es decir algo mejor a la actividad incesante de Marta. Podríamos comparar diciendo que la una trabajaba con oro, y la otra con plata. Pero no hemos de olvidar que Dios en su soberana elección había llamado a cada una a un servicio distinto. Isaías era un profeta, lo mismo Amós. Pero no se confundían. Juan era un evangelista; lo mismo Marcos, pero el Evangelio de Juan es distinto del de Marcos, como el mensaje de Isaías es distinto del de Amós. Cada uno cumplió su responsabilidad siguiendo su camino señalado.

Jesús no reprendió a Marta por que estaba ocupaba. La reprendió por que quería arrancar a María de los pies de Jesús, la porción que había escogido su hermana. Marta probablemente miraba con desdén a su hermana arrobada escuchando a Jesús, no comprendiendo su quietud y misticismo. Para ella la vida era actividad y servicio. Pero, el servicio de ministrar misericordia y ayuda no lo es todo. En la iglesia hay también el ministerío de la palabra. El diácono que visita enfermos no puede menospreciar al pastor que predica la Palabra, pensando que sería mejor que él también visitara enfermos.

Marta, pues, tenía su trabajo particular, y estaba orgullosa de hacerlo bien. Aquí es donde tiene su punto flaco. Era una mujer íntegra, que amaba ardientemente a Jesús, que se ocupaba de lo humilde para servir al maestro. En la vida se necesitan mujeres capaces y dispuestas como Marta, mujeres que puedan aceptar toda clase de responsabilidades. En la familia son absolutamente indispensables.

María escuchaba a Jesús, la mejor parte. Pero luego, todos ellos se sentaron a la mesa, bendecida por el Señor, pero servida por Marta.

PREGUNTAS SUGERIDAS PARA ESTUDIO Y DISCUSION:

1. ¿Queda justificado estimar en poco a Marta?

2. ¿Cómo podemos comparar el rango de Marta con el de María su hermana?

3. ¿Hay lugar en la Iglesia de Cristo para Martas?

María Magdalena

  • María Magdalena

"Y algunas mujeres que habían sido sanadas de espíritus malignos y de enfermedades; María la llamada Magdalena, de la que habían salido siete demonios". (Lucas 8:2)

Lease Lucas 8:1-2; Mateo 28:1-15

María Magdalena es el equivalente femenino de Pedro en el círculo que seguía a Jesús Los dos se caracterizaban por su celo y su fervor; fervor que a veces era excesivo y tenía que ser reprendido.

Magdala, la ciudad natal de María, estaba a tres millas de Capernaum. No es raro pues que oyera pronto de Jesús y se pusiera en contacto directo con Él. María era un personaje conocido en Magdala. Era relativamente rica y había estado sujeta a la influencia de los demonios. Algunos dicen que era adúltera, pero no es justo decirlo no teniendo ningún dato. No tenía nada que ver con la mujer pecadora que lavó los pies a Jesús. Podemos suponer, por su posesión de demonios, que era de naturaleza apasionada e impetuosa. Pero María se había librado de estas influencias. Jesús expulsó sus siete demonios y a partir de aquel momento, María Magdalena, dedicó su fervor apasionado a servir a Jesús.

Permaneció con las mujeres que seguían a Jesús y sus discípulos, que les servían según necesitaban y que cuidaban de ellos. Necesitaban dinero, alimento, vestido. El dinero lo proveían estas mujeres, según vemos en Lucas 8:3.

Pero, este servicio material no era la única prueba de lealtad de María Magdalena a su Salvador. Cuando Jesús fue a Jerusalén para sufrir y ser crucificado, María Magdalena le acompañaba. En la cruz, todos los discípulos excepto Juan, habían huído en el momento de la crisis. Pero, María Magdalena permaneció y fue testigo de la muerte de Jesús (Marcos 15:40,41). Y después de los sucesos del Gólgota, participó en los preparativos de su entierro. Fue también una de las mujeres que se dirigió al sepulcro para derramar especias sobre la tumba. Y cuando hallaron que el cuerpo no estaba allí, fue María la que fue a Jerusalén y halló a Pedro y le comunicó la noticia que lo habían robado.

Pero, esto no fue bastante. Regresó inmediatamente a la tumba, probablemente antes que los apóstoles llegaran allí. Sabemos que tuvo un encuentro con Jesús y que no le reconoció, pero fue sin duda la primera mujer que le vio. Fue necesario que Jesús la llamara por su nombre antes que sus ojos fueran abiertos. Entonces le reconoció y cayó de rodillas. Otra vez muestra su celo y trata de acercarse a Jesús, pero el Señor le ordena que no le toque. En su fervor, consumida por él, como en todo en su vida, Jesús tuvo que frenar a María. Cuan distinta, por ejemplo, de María de Nazaret, o de Salomé, o de Marta, la hermana de Lázaro.

Pero, este fervor, esta impetuosidad, debidamente templado puede dar mucho fruto. La Iglesia no tiene que despreciar a las Magdalenas.

PREGUNTAS SUGERIDAS PARA ESTUDIO Y DISCUSION

1. ¿De cuál apóstol de Jesús es el equivalente María Magdalena? ¿Por qué?

2. ¿Cuál era la debilidad del carácter de María Magdalena?

3. ¿En qué forma especial ayudaba a Jesús?

María la madre de Jesús

  • María la madre de Jesús

[ Su humildad ] [ La madre de nuestro Señor ] [ Su fe ]

I - Su humildad

"Porque ha puesto sus ojos sobre la pequeñez de su esclava; pues he aquí que desde ahora me tendrán por dichosa entre todas las generaciones." Lucas 1:48.

Léase Lucas 1

María, la madre de nuestro Señor, era también descendiente, o hija, de un rey. Cristo nació de ella y sólo de ella. El apóstol Pablo afirma que Cristo era de "la simiente de David según la carne". Y aunque las genealogías de Mateo y Lucas terminan con el nombre de José, fue sólo a través de María que Cristo pudo ser hijo de David según la carne.

El hecho de que María fuera la prima de Elisabet no impide que creamos que era de estirpe regia. Es verdad que Elisabet era descendiente de Leví, y que generalmente los hijos de los sacerdotes se casaban con miembros de la misma tribu. Pero, esto no era una regla rígida.

María era, pues, la hija de un rey. Por ello su humildad se destaca aún más. No hay que pensar que pertenecer a una clase humilde sea algo vergonzoso. Aunque hija de rey estaba casada con un carpintero. No es imposible que una persona de una alta posición social descienda súbitamente a un plano social o económico más humilde. Entonces las privaciones materiales no suelen ser llevadas con gracia. Son un motivo de queja permanente. Sin embargo pueden ser una bendición para algunos. En general estas personas tienden a desarrollar mejor su alma y ser más cultas y refinadas.

Hay un punto en la vida de María en que discrepamos de los catolicorromanos. Desde 1879 confiesan que la concepción de María, o sea, su propio nacimiento fue también milagroso: sin pecado, que no estaba afectada por el pecado original. Se suele añadir a esto que además nunca pecó. De ser esto así María estaría aparte del resto de la raza humana. Tales son las implicaciones de la doctrina de la Inmaculada Concepción.

Si preguntamos la base de esta creencia, se nos refiere a Lucas 1:28: "Bendita eres tú entre las mujeres." (Que por cierto no se halla en los manuscritos más antiguos.) Esto se expresa en griego con la palabra " kecharitomene". Orígenes interpretó esto como que significaba una gracia especial concedida a María, incluso antes de su nacimiento. Si aceptamos esto podemos decir lo mismo de Juan, porque él recibió el Espíritu Santo antes del nacimiento. Y nadie dice que Juan el Bautista nació inmaculado y puro. La Iglesia Católica cita a otros padres de la Iglesia como evidencia adicional. Pero, todas estas afirmaciones carecen de valor si no descansan sobre la Palabra de Dios. Y todavía podemos preguntar: si fue posible que María naciera inmaculada de padres pecadores, ¿por qué no tenía que ser también posible que naciera así Cristo?

Sin embargo, hay un argumento mucho más poderoso en contra de esta doctrina de la Inmaculada Concepción. Si fuera cierta, haría innecesaria y superflua la obra de la salvación. Si María pudo nacer inmaculada y permanecer sin pecado, lo mismo podía la gracia haber efectuado esto para el resto de los hombres, después de la caída. Con ello, el pecado al instante habría quedado anulado, y la venida del Mediador habría sido innecesaria.

Por tanto, para nosotros la humildad y pequeñez de María tiene un doble significado. Ocupa un estado humilde, para ilustrar cómo una princesa de la casa de David había descendido de su alta posición. Nos ilustra, además, cómo toda la raza había caído de su alta posición en el Paraíso, a los planos bajos del pecado y la culpa.

Preguntas sugeridas para estudio y discusión:

1- ¿Qué significa la humildad y pequeñez de María?

2- ¿Por qué era necesario que tomara este estado?

3- ¿Qué significa la doctrina catolico-romana de la "Inmaculada Consepción de María?

II - La madre de nuestro Señor

"Porque ha hecho por mí grandes cosas el Poderoso; Santo es su nombre." Lucas 1:49.

Lease Lucas 2

En su canto de alabanza, María dice que el Señor ha hecho grandes cosas por ella, y dice que su nombre es Santo. Su alabanza no era en modo alguno exagerada. No cabe mayor honor sobre un ser humano que el que le correspondió a María. Era verdaderamente la más bendita de todas las mujeres. De todas las hijas de los hombres, ella fue escogida para que el Altísimo la favoreciera con su gracia y la cubriera con su sombra. A lo largo de los siglos se le ha concedido el nombre de Madre de Dios, y no hay objeción a usarlo, con tal que se interprete este nombre debidamente.

Las Escrituras cantan honores a María y no se andan remisos en ello. El ángel la saludó como muy favorecida. Elisabet la llamó "bendita entre las mujeres", "Bienaventurada porque había creído" (v. 45). María misma, se daba cuenta de sus bendiciones cuando dice: " Me tendrán por dichosa todas las generaciones." No tenemos que ir al otro extremo, cuando reaccionamos contra el énfasis excesivo a su gloria que le conceden las Iglesias Católica, Romana y Griega.

María fue elegida por Dios en un sentido único. Su privilegio fue mayor que el que se ha concedido a mortal alguno. Ello es más destacado por su estado humilde, a pesar de sus ilustres antecesores. Pero no hemos de quitarle la gloria que le pertenece porque otros le conceden honores indebidos.

El favor único que se le concedió fue el de ser la Madre de nuestro Señor, que el Hijo de Dios tomara forma humana de su carne y su sangre. María bebió de los santos ojos del niño el amor que los demás tardaron muchos años en conocer. Este honor no lo ganó; le fue concedido por Dios en su soberanía absoluta. Eligió a María. Salvó su vida y le envió el ángel para entregarle el mensaje. La abundancia de gracia que le fue concedida es motivo para que nosotros loemos, no el nombre de María, sino del Señor Dios que se la concedió. La misma esencia de la gracia nos impide que loemos a la criatura. Si hubiera virtud en el hombre para merecerla dejaría de ser gracia.

Tenemos que considerarla como muy favorecida y bienaventurada entre todas las mujeres. Estamos agradecidos de que le fuera concedida esta gracia, y por la gracia que a través de ella nos llega a cada uno. Con todo, no deja de ser "la sierva del Señor" que acepta gozosa hacer su voluntad. Al pensar en ella hemos de proclamar: "¡Gloria a Dios en las alturas!".

Queda por mencionar si María ascendió al cielo sin morir, como se nos dice de Elías. La Iglesia Católica lo defiende, pero no ha encontrado esto en la Biblia. Lo dice basándose en tradiciones. Nadie sabe cuando murió María y dónde fue enterrada. La serie de ideas que han llevado a la de la Asunción de María es: si hubiera sido enterrada dada su importancia se sabría dónde. Además, es difícil admitir que el cuerpo de María, que había dado forma humana al Hijo de Dios, se desintegrara en la tumba. Algunos dijeron que murió y luego, resucitando, ascendió al cielo. En el occidente se habla de la "Ascensión de María". En Oriente se habla de que "durmió" y se celebra de su "Dormición". Esta idea pasó a Occidente. Luego fue reemplazada allí por la idea de la "Asunción’, que significa que María ascendió al cielo sin morir.

Preguntas sugeridas para estudio y discusión:

1- ¿Por qué decimos que María era "bendita entre todas las mujeres"?

2- ¿Cuál fue el privilegio concedido a María?

3- ¿Era María consciente de ese privilegio? ¿Cómo lo sabemos?

III - Su fe

"Bienaventurada la que ha creído que tendrán cumplimiento las cosas que le han hablado de parte del Señor." Lucas 1:45.

Lease Lucas 1:45-55

La exaltación religiosa de María, por cierto exagerada por algunos, descansa primeramente en su fe, y sobre su fe concebida como un mérito personal. Cuando María recibió el glorioso anuncio del ángel, contestó: "He aquí la sierva del Señor; hágase conmigo conforme a tu palabra." Elisabet afirmó referente a esta confesión: "Bienaventurada la que ha creído que tendrán cumplimiento las cosas que le han hablado de parte del Señor." La fe a la que María dio expresión, a veces se ha perdido de vista que le fue dada gratuitamente por la gracia. No fue mérito suyo alguno. Si se considera que lo fue, inmediatamente se sigue: La encarnación del Señor fue sólo posible por el asentimiento de María; por ello María hizo posible a Cristo el ofrecer el supremo sacrificio de la redención; y por la redención del mundo, y por el perdón de nuestros pecados por la sangre del Cordero. Esto es inadmisible.

No se trata de rebajar la calidad de la fe de María. Esto estaría en contra del espíritu de las Escrituras, que confirman esta fe repetidamente. Se trata más bien de hacer ver que esta fe no da lugar para la exaltación de María, pues no se aparta de la regla: "La fe no es de vosotros, pues es don de Dios." Dios influyó en su alma y en su cuerpo: en su alma dándole la fe y en su cuerpo formando en él al Salvador, a partir de su carne y de su sangre.

Se hace destacar su virginidad como si fuera otra virtud excepcional. La Escritura no nos da base para creer que permaneciera virgen. Ni tan sólo que el nacimiento de Jesús dejara su virginidad intacta en el sentido físico. Todas las referencias a profecías sobre este punto específico, como Ezequiel 44:2 están fuera de lugar.

No se insiste sobre este punto para negar o afirmar que tuviera otros hijos después del nacimiento virginal de Belén. Esto no se podrá demostrar nunca. El que se hable de los "hermanos" de Jesús no significa nada. "Hermano" es usado en la Biblia para hermanastros, y aún más general, como parientes (Génesis 3:18; 14:16; 29:12; Números 8:26; 15:10, etc.). Si insistimos sobre esto es para decir que no sabemos que Dios prefiera una virgen a una madre. El caso de María no es aplicable, ya que no fue elegida para que diera el nacimiento como virgen porque esto significara mayor categoría, sino por razones teológicas mucho más profundas.

Podemos tener en gran estima a María como Madre del Señor y como Escogida del Altísimo, pero las Escrituras no nos dicen que fuera una mujer de extraordinaria vitalidad espiritual. Se la menciona quince veces después del relato de los sucesos en Belén. Cuando Jesús tuvo doce años fue con El al Templo de Sión. En aquel entonces María no entendía a Jesús. La vemos otra vez en las bodas de Caná. Ella misma dice que no entendía los profundos pensamientos de Jesús. Luego en Mateo 12:46, cuando quiere hablar con su hijo, Jesús más bien la reprende. En el Gólgota no revela penetración espiritual alguna, sino los sentimientos normales en toda madre. Cuando Jesús asciende al cielo hallamos a María entre el grupo de creyentes (Hechos 1:14). Su nombre es mencionado al final de todos. Al parecer no era muy prominente.

Los apóstoles no la mencionan, ni en Pentecostés ni en ninguna otra ocasión, al predicar a Cristo. Pablo recibió el evangelio directamente de Jesús, y ni tan sólo menciona su nombre. Ni en los Hechos ni en las Espístolas se le conoce honor alguno. No se le pide opinión en ocasión alguna. Desaparece de las Escrituras de modo inconspícuo.

Quien compara la posición de María en las Iglesias Católica, Romana y Griega, en el culto y en el corazón de su religión, con el silencio que se mantiene sobre ella en los Hechos y en las Epístolas, no puede por menos que pensar que los Padres apostólicos pensaban de ella más o menos lo mismo que los teólogos de la Reforma.

Preguntas sugeridas para estudio y discusión:

1. ¿Por qué es María parcialmente alabada por la redención del mundo?

2. ¿Hay alguna prueba escritural de que María permaneciera virgen después del nacimiento de Cristo?

3. ¿Fue María una mujer excepcionalmente espiritual?

María, madre del Apóstol

  • María, madre del Apóstol

"Estaban de pie junto a la cruz de Jesús su madre, y la hermana de su madre, María mujer de Cleofás, y María Magdalena". Juan 19:25.

Léase Juan 19:25-42

No hay que confundir las seis Marías de que nos habla el Nuevo Testamento. Son: 1- María de Nazaret, la madre de Jesús; 2- María de Betania, la hermana de Lázaro; 3- María de Magdala; 4- María de Jerusalén, la madre de Juan Marcos; 5- María de Roma, una ayudanta de Pablo; y 6- María, la madre del apóstol, que no sabemos donde vivía, aunque sería en la vecindad del Lago de Galilea.

Hablaremos aquí de la última, a la que distinguimos de las demás llamándola "la madre del apóstol". Se la llama a veces "la otra María", pero esto no significa nada y da lugar a confusión.

Se había casado con Cleofás, de Alfeo, y tenía dos hijos, Jacobo y José. Jacobo era uno de los apóstoles. Se le suele llamar Jacobo, el menor, para distinguirlo del hermano de Juan. La característica esencial de la María que estudiamos era que, con las otras mujeres, seguía a Jesús y ministraba a sus necesidades. Es lo que vimos hacía también María Magdalena, y otras que nos son mencionadas. María la madre del apóstol presenció también la tragedia de la cruz y participó en el entierro de Jesús. Fue también una de las que contempló a Jesús levantado de la tumba.

Si la comparamos con María Magdalena podemos ver que era una mujer muy distinta: no tenía los rasgos e impetuosidad y ardor de esta, pero su servicio no tenía por qué ser menos útil por ser inconspicuo. Sería una persona piadosa, quieta, servicial, que no necesitaba figurar en primera línea, como les gustaba a la Magdalena y a Pedro.

Pero, la escala de valores de Dios es diferente de la nuestra, si es que nosotros damos más importancia a las personas que destacan más. Dios quiere también a los que cantan en el coro, no únicamente a los solistas.

Hay muchos cuya ambición excede su capacidad. Cuando consiguen ponerse a la altura de los héroes. Hay otros que, sin ser héroes, trabajan de modo constante y no tiene por qué su celo ser menor que el de aquellos. Dios ha hecho a algunos más decididos, más impulsivos y ardorosos. Una fe quieta puede dar tanto fruto como una fe espectacular. María tiene un especial encanto: amaba a Jesús y le servía quietamente.

PREGUNTAS SUGERIDAS PARA ESTUDIO Y DISCUSION:

1. Identificar las seis Marías del Nuevo Testamento.

2. ¿Qué encanto tiene la vida de esta María?

3. ¿Cómo podemos compararla a María Magdalena?

María la de Roma

  • María la de Roma

Saludad a María, la cual ha trabajado mucho por vosotros (Romanos 16:6).

Al terminar su carta a la iglesia de Roma Pablo envía sus saludos apostólicos a veinte personas, a las cuales menciona por sus nombres. Entre ellas se encuentra una mujer romana a la que llama María, posiblemente un nombre adoptado en el momento del bautismo. Pablo dice de ella: «Saludad a María, la cual ha trabajado mucho por vosotros. Más adelante (v. 12) dice: «Saludad a la amada Pérsida, la cual ha trabajado mucho en el Señor.»

Algunos teólogos han conjeturado por estas afirmaciones que las dos eran evangelistas, empleadas en la diseminación directa del evangelio a través de contacto personal, algo así como lo que hacen algunas mujeres dentro del Ejército de Salvación. Otros consideran que lo que hicieron fue extender hospitalidad a otros que eran los que propagaban el Evangelio.

La forma de expresarse Pablo nos hace pensar que hacían más que esto, aunque no sabemos exactamente qué. No es probable que fueran diaconisas, en el sentido que damos ahora a la palabra, pues Pablo probablemente lo habría indicado. No es probable que predicaran directamente en público, pues de haberlo hecho es dudoso que Pablo lo hubiera considerado digno de elogio.

Como sea, y aunque no podemos especificar el tipo de actividad a que se dedicaban, esto no nos hace dudar de la eficacia de su labor, elogiada por Pablo. Una mujer, cualquiera que sea su estado en la vida tiene numerosas oportunidades para ayudar a la causa de Cristo.

En aquellos tiempos (y hoy) podía ayudar a través del marido, o las personas asociadas con él, sobre sus hijos o las familias de los amigos de sus hijos. En los tiempos de la Iglesia de Roma, había muchos problemas que nosotros no conocemos. Esposas cristianas frustradas porque sus maridos permanecían paganos. Esclavos convertidos (o quizá sirvientes) que se veían obligados a servir en casas paganas. Hijos cuyos padres le prohibían bautizarse. En muchas casas no dejaban entrar a nadie que hubiera podido propagar el evangelio. Como sea, una mujer tenía numerosas oportunidades para servir.

El servicio de María de Roma es posible que fuera distinto del de cualquiera de las otras Marías que hemos visto, pero con todo era de suma utilidad para la congregación de Dios. Y al revés, una forma de servir, es evitar que la influencia personal pueda causar detrimento a la causa de Cristo. Este es el caso de la mujer chismosa o intrigante.

La mujer, incluso cuando su ocupación principal es el hogar y los hijos, por tener sobre sí estas responsabilidades, no tiene por qué limitarse a ello y cortar todo contacto con el mundo. Hay numerosas ocasiones en que puede servir al Señor con su ingenio y energía.

PREGUNTAS SUGERIDAS PARA ESTUDIO Y DISCUSION

1. ¿Eran María y Pérsida evangelistas?

2. ¿Qué hicieron estas mujeres que Pablo comentó con elogio?

3. ¿Cuáles son las seis Marías mencionadas en el Nuevo Testamento?

María de Jerusalén

  • María de Jerusalén

"Y habiendo reflexionado así, llegó a casa de María la madre de Juan, el que tenía por sobrenombre Marcos, donde muchos estaban reunidos orando" (Hechos 12:12).

Léase Hechos 12:1-12

María de Jerusalén era una viuda rica. Lo sabemos porque era propietaria de una casa bastante grande para que cupiera en ella toda la congregación. Y porque Ia casa tenía un gran portal, por lo que podemos suponer que era una de las casas notables de Jerusalén. Tenía también criadas, de las cuales se nombra una, Rode, que fue a abrir Ia puerta a Pedro.

Esta María se había unido al servicio del Señor muy pronto. Su hijo, Juan Marcos se había hecho ministro de la Palabra, y acompañó a Pablo en uno de sus viajes. Es también el autor de uno de los Evangelios, el de Marcos. Pero, vamos a ver a lo que las Escrituras nos dicen de ella. La congregación se reunía en su casa de modo regular durante los días de Ia persecución de Herodes Agripa, que echó a los cristianos del Templo, donde se reunían antes. Entonces María les abrió la puerta de su casa. Pedro se dirigió allá inmediatamente que salió de la carcel.

María tiene interés para nosotros en el hecho que no se limitó a entregar su óbolo (contribución) para la obra en las colectas de la iglesia, sino que poseyendo una casa espaciosa, la puso toda ella a disposición de la congregación. No es raro que haya personas de edad, quizá viudas, cuyos hijos ya han salido de la casa y estan esparcidos, que posean casas grandes y espaciosas. Antes llenas de vida, ahora hay en ellas numerosas habitaciones vacías y sin vida. ¿No podrían animarse otra vez con reuniones, grupos de meditación, de oración, o para cantar salmos e himnos de modo más o menos regular. Con ello además se aliviaría el silencio y la soledad de la casa y de sus dueños.

En algunos puntos es posible incluso que haya congregaciones en estado de formación, que no dispongan todavía de un local propio. No se trata de alquilar unas habitaciones para este propósito, sino de poner la casa a disposición para el Señor.

María lo hizo y además las sirvientas se hacían cargo de ayudar en lo posible. Vemos que Rode abre la puerta a Pedro, y de gozo no sabía que se hacía. Sin duda la sirvienta era también cristiana. Toda la atmósfera de esta casa era propicia para ayudar al crecimiento de Ia obra del Señor. Deberíamos tener Marías hoy que ofrecieran sus casas para la obra.

PREGUNTAS SUGERIDAS PARA ESTUDIO Y DISCUSION

1. ¿Cual de los cuatro evangelistas era hijo de María?

2. ¿En qué forma específica ayudó María a Ia congregación de Jerusalén?

3. ¿Qué significado particular tiene este mensaje?

María de Betania

  • María de Betania

"Pero sólo una cosa es necesaria; y María ha escogido la parte buena, la cual no le será quitada" (Lucas 10:42).

María de Betania representa una mujer mística, contrastando con Marta, que es un ejemplo de piedad activa. La primera escogió vivir en su mundo interior; la segunda prefirió hacer más hermoso el mundo que la rodeaba. Esto son dos ejemplos, pero se dan naturalmente, toda clase de posiciones intermedias en nuestras iglesias.

No se trata de algo que uno escoge: ser de una u otra forma, sino que es cuestión de temperamento y de la verdadera esencia de la personalidad. Por ello la una no debe pasar juicio condenatorio sobre la otra. Los dos tipos tienen que existir. Es más, no podemos pasarnos de ninguno de los dos. El mundo suele preferir a la mujer activa, pero necesitamos también los pensamientos profundos y la meditación de la otra. Por otra parte, una vida de excesiva introspección sería como un sueño.

Por esta razón María de Betania ocupa una posición peculiar en el grupo de amigos de Jesús. Representa la mujer de pensamientos internos profundos y cultivados. Ve lo que otros no ven. Observa, y sus palabras y actos suelen ir más profundo que los de los que la rodean.

Se nos dan tres particulares de su vida, los tres típicos de esta clase de mujer. Aproximadamente un año antes de la muerte y resurrección de Lázaro Jesús había parado en Betania. En aquella ocasión Marta se apresuró a servir a Jesús, pero María se colocó a sus pies escuchando sus palabras "María escogió la parte buena", nos dice Jesús. Un año después Lázaro murió. Observamos que Marta corre a recibir a Jesús, mientras María está todavía aturdida por los sucesos y se queda en casa. Poco antes de morir Jesús vuelve a parar en Betania. Marta había preparado la comida y se aseguraría que no faltara nada en la mesa. Pero María notó que faltaba algo. A la prosa, añadió poesía divina ungiendo al Maestro amado con un frasco de perfume de nardo. Fue como si dedicara al Cordero de Dios al inminente sacrificio.

No siempre aprecia el mundo estos rasgos delicados. A estas personas se las acusa de pasivas. Marta le echó en cara que descuidaba el deber de ayudar a los preparativos. Jesús la defendió. En la tumba de Lázaro, las lágrimas de María conmovieron al Maestro el cual acabó también llorando al verlas. Y cuando María le ungió con el perfume de nardo, Jesús otra vez aprobó lo que otros criticaban y dijo que su acción sería recordada en las generaciones futuras.

No podemos olvidar el valor de la vida emocional y meditativa de las Marías. Son lámparas en la iglesia. Son llama de amor viva.

PREGUNTAS SUGERIDAS PARA ESTUDIO Y DISCUSION:

1.¿Cuál fue la buena parte que escogió María?

2.¿Cómo dedicó a Cristo para su sacrificio? ¿Qué otras cosas recordamos de ella?

3.¿Queda justificado un misticismo puramente sentimental?

Loida

  • Loida

"Trayendo a la memoria la fe no fingida que hay en ti, la cual habitó primero en tu abuela Loida, y en tu madre Eunice, y estoy seguro en ti también" (2 Timoteo 1:5).

Loida tiene el honroso papel de la «abuela» en las Escrituras. En ella se nos revela la gran importancia de una abuela en la familia. Representa, entre las mujeres de la Biblia, la influencia espiritual única que resulta de su peculiar posición.

Es indudable que Loida había sido creyente. Parece que cuando Pablo envió su segunda carta a Timoteo ya había fallecido. Se nos habla de la fe no fingida que «habitó primero en tu abuela Loida». Lo que nos interesa hacer resaltar aquí es que esta fé no había sido enterrada con ella, sino que había pasado a su hija Eunice, y después, al nieto, Timoteo. Vemos pues, tres eslabones de una cadena espiritual. Una relación espiritual paralela a la relación de la sangre. A los lazos de la sangre se añaden los lazos de la fe. Es Dios quien da la fe, pero como vemos frecuentemente, este hecho ocurre con frecuencia como resultado del Pacto de gracia. Aunque hay excepciones, es más corriente que aparezca en el seno de una familia cristiana que en una familia pagana.

La regla, y no la excepción, es que los elegidos aparezcan en las familias en que hay una tradición cristiana, especialmente cuando la madre y la abuela han pertenecido al Señor. La gracia, reflejada en el bautismo, satura toda la educación en un ambiente cristiano. Tiende a hacerse una tradición familiar. De ahí vemos que Pablo recuerde con amor a Loida y a Eunice.

Los servicios que una madre puede ejercer para que el nieto nazca y crezca en la gracia son más destacados cuando falta el eslabón intermedio: cuando la madre no es creyente. Pero, incluso cuando lo es la abuela tiene abundantes oportunidades, tanto cuando los hijos están todavía en la casa, como cuando han salido de ella. La madre está muchas veces más ocupada y fatigada. La vida de la abuela transcurre de modo más pacífico; su cara revela su mayor calma y paz. Y cuando los nietos entran en su esfera de influencia puede estampar en ellos la fe a través de su ejemplo y admonición. En este sentido la abuela puede ser, en algunos casos más eficiente aún que la madre, más activa y con menos experiencia. La abuela no debe ser dominadora de los nietos. Al contrario puede dar a nietos e hijos la bendición única que una persona madura y con experiencia espiritual puede proporcionar.

PREGUNTAS SUGERIDAS PARA ESTUDIO Y DISCUSION

1. ¿Contribuyó la influencia de la vida de Loida a la salvación de Timoteo?

2. ¿Recibió Timoteo su fe de Eunice?

3. ¿ Qué lección aprendemos de la relación entre Loida, Eunice y Timoteo?

Lidia

  • Lidia

Entonces una mujer llamada Lidia, vendedora de púrpura, de la ciudad de Tiatira, que adoraba a Dios, estaba oyendo; y el Señor abrió su corazón para que estuviese atenta a lo que Pablo hablaba. Hechos 16:14

Léase Hechos 16:14-40

Lidia procedía de la ciudad de Tiatira, pero cuando conoció a Pablo residía en Filipos. Era dueña de una tienda en que se vendían vestidos teñidos de púrpura. Es evidente que vendía no sólo púrpura, sino muchos otros artículos. Debe de haber estado en buena posición y viviría en una casa espaciosa, en la que podía acomodar a Pablo y a Silas y a otros que les acompañaran.

No sabemos si era de estirpe judía. En todo caso se había convertido al Dios de Israel, porque los sábados se juntaba con otras mujeres judías en el lugar de oración acostumbrado. Este lugar no era la sinagoga, pues en aquel entonces no había ninguna en Filipos. En lugares donde no había sinagogas los judíos se reunían fuera de la ciudad en un prado o lugar con sombra. No se celebraba el servicio regular judío sino meramente se congregaban para orar. En Filipos había un lugar con sombra a la orilla del río que servía para este propósito. Este río al presente se llama Maritza. Hay una islita que divide al río en dos cauces, y es un lugar de agradable apariencia. Se suele indicar el lugar en que tuvo el encuentro, pero estas tradiciones son en el mejor de los casos dudosas. Sentada Lidia con las otras mujeres, Pablo y Silas fueron al lugar, y «se pusieron a hablarles a las mujeres allí congregadas». Les hablaron, naturalmente, de Jesús de Nazaret.

Parece que no tuvo mucha aceptación su predicación, con la excepción de Lidia, «cuyo corazón abrió el Señor para que estuviese atenta a lo que Pablo hablaba». Al parecer haría poco que Pablo había llegado a Filipos. Había esperado hasta el sábado para tener una audiencia. Lidia no abría la tienda en el día de sábado.

Lidia no se convirtió porque Pablo le predicó. Se convirtió porque su corazón fue abierto por el Señor.

La gracia es la que abre el corazón. Todas las mujeres oyeron el mensaje. Para las otras resultó incomprensible o detestable. Para ella fue una llama que hizo arder su corazón. Lidia creyó.

Pablo y Silas no podían estar alojados con mucho confort en una posada pública. Solían ser frecuentadas por gentes de baja estofa. Lidia acostumbrada al trato del público, especialmente clases pudientes, con indudable don de gentes, no tuvo inconveniente de invitarles a hospedarse en su casa. No lo hizo como un servicio para ellos sino que «nos obligó a quedarnos» (v. 15). Parece que los que vivían en aquella casa (Lidia era posiblemente viuda o en todo caso no se menciona marido alguno) habrían compartido la fe de Lidia en el Mesías, porque confesaron a Cristo y fueron bautizados con ella.

Pablo y Silas se hospedaron allí unos días. Al poco hubo un motín por causa de una muchacha adivina, y Pablo y Silas fueron arrestados. Seguirían muchas horas de ansiedad para Lidia, al ver que Pablo no regresaba, y más cuando Lidia supo que él y Silas estaban en la cárcel. Podemos imaginar sus fervientes oraciones en favor de Pablo, a las que se unirían otros convertidos de Filipo, en su casa. Pero al fin se oyó un aldabonazo en la puerta y Pablo y Silas estaban allí librados milagrosamente, a causa de un terremoto.

Leemos que Pablo y Silas, «saliendo de la cárcel, entraron en casa de Lidia, y habiendo visto a los hermanos los consolaron y se fueron».

El recuerdo de Lidia y de lo que hizo por Pablo ha grabado en letras de amor su nombre en el corazón de los creyentes hasta el día de hoy.

PREGUNTAS SUGERIDAS PARA ESTUDIOY DISCUSION

1. ¿Dónde vivía Lidia? ¿En qué se ocupaba?

2. ¿En qué clase de servicios tomaba parte Lidia cuando conoció a Pablo?

3. ¿Qué nos enseña la vida de Lidia?

Las criadas de Caifás

  • Las criadas de Caifás

"Pedro estaba sentado fuera en el patio, y se le acercó una criada, y le dijo: Tú también estabas con Jesús el galileo" (Mateo26:69).

LÉASE MATEO 26:56-75

Aunque no se nos dan los nombres, se nos habla de dos criadas en la casa de Caifás el sumo sacerdote. Las dos coinciden de delatar a Pedro, como uno de los seguidores del hombre a quien estaban juzgando su amo y los otros sacerdotes.

Hagámonos cargo de la situación. Era la madrugada, oscuro aún. El gallo no había cantado. La casa estaba llena de ente. El juicio de Jesús se estaba celebrando ante el Sanedrin, que se había congregado de urgencia.

Las criadas probablemente no se habían retirado para poder atender el fuego en el patio. Se daban cuenta de la importancia de aquel juicio, y de lo grave de las acusaciones del encartado. No sabemos exactamente por qué y en qué forma, pero las dos coincidieron en notar la presencia de Pedro, extraño totalmente en aquel ambiente, y probablemente nervioso e inquieto ante el curso de los sucesos. Para las criadas no se trataba probablemente más que de una diversión, el causar un sofoco a aquel hombre, haciéndole burla y poniendo de manifiesto lo que él procuraba esconder: su relación con el acusado.

Pedro reaccionó vivamente. Al verse descubierto en un ambiente peligroso, negó rotundamente que tuviera nada que ver con Jesús, con juramentos y maldiciones. Pedro cometió el pecado más grave de su vida. Podemos suponer que las criadas se divirtieron con todo ello, indiferentes a las desastrosas consecuencias para Pedro que pronto se retiró a llorar amargamente su culpa.

Es posible que las criadas disfrutaran al poder contribuir en esta forma al ambiente de violencia y venganza. Esto las dejaba participar. Quizá no fue nada más que vanidad, la vanidad que puede aplastar los impulsos nobles, incluso, si es que existen. No sabemos si este era el caso. Probablemente les divirtió el ver el azoramiento de Pedro y su pérdida total de control.

Las criadas no se darían cuenta de su propio pecado. Para ellas todo se terminaría con unas cuantas risitas y chismorreo junto con los otros sirvientes de la casa. Probablemente se felicitarían de su éxito. Toda palabra liviana es pecado. Lo son los chismes y las risitas cuando son maliciosas. Todos hemos conocido estos tipos que se deleitan en poner a otros en un mal paso por mera diversión. No piensan en las heridas que inflingen y el daño que causan.

PREGUNTAS SUGERIDAS PARA ESTUDIO Y DISCUSION

1. ¿Por qué las dos criadas ridiculizaron a Pedro?

2. ¿A qué pecado indujeron a Pedro las palabras de las criadas?

3. ¿Qué nos dice este incidente en cuanto a la consideración a los otros, de palabras y de hechos?