jueves, 30 de octubre de 2008

Culto Misionero en la IGLESIA CENTRO DE ADORACION


La responsabilidad de la iglesia es orar, ofredar e ir al campo Misionero Dios nos encomendo una gran labor que se muestra reflejada en el evangelio de MARCOS : 16:15

Marcos 16:15 (Reina-Valera 1960)

15 Y les dijo: Id por todo el mundo y predicad el evangelio a toda criatura.

Dis en su palabra nos dice que debemos predicar el evangelio muchos quiza no tenemos el llamado misionero sin embvargo esto no nos excluye de hacer la labor misionera.

El pasado Domingo realizamos el culto misionera en la iglesia Centro de Adoracion fue de gran bendicion y gozo.



Cultivo Misionero

Es casi imposible sobrestimar la importancia, tan penetrante, del espíritu misionero. Su valor no es únicamente en la obra cumplida y el dinero reunido para la predicación del evangelio sino también en el impacto que tiene sobre el carácter cristiano de la gente en la iglesia y su testimonio al mundo.

Para desarrollar y fomentar un espíritu misionero en la iglesia es imprescindible que este espíritu esté también en el pastor. Sin esto, ningún método, no importa cuan excelente sea, no tendrá éxito. Si este espíritu está en el pastor se manifestará no únicamente en ocasiones especiales sino que lo difundirá en lo que él dice en el púlpito y en la reunión de oración. Se derramará como una atmósfera de vida a través de la congregación e impartirá vitalidad y poder en todo el cuerpo. Aparte de esta influencia general, hace falta también algunos métodos.



La iglesia debe contribuir regularmente a una obra sin fin de lucro. Se puede hacer levantando ofrendas o poniendo una caja con tal fin en un lugar conveniente en la iglesia. Muchas iglesias tienen la costumbre dividir el año en cuatro o seis períodos y dedicar cada período a una o más obras. Muchas veces esto ha sido exitoso. Con cualquier plan elegido, debemos conseguir contribuciones regularmente. Debemos alcanzar toda la congregación, los ancianos, jóvenes y niños y los ricos y pobres. Si no, algunos pocos, no más, van a compartir en las ofrendas y los demás van a perder la bendición.

La iglesia debe tener hacer lo posible para poder tener una reunión mensual dedicada a misiones. Esto es de suma importancia porque en ella el espíritu misionero encuentra su expresión devocional. Ninguna reunión es más provechosa que si es debidamente dirigida.


En el campo misionero debemos trabajar todos adultos, jovenes y niños. esto es importante ya que podemos conocer acerca de la labor misionera que estan realizando nuestros misioneros.


El pasado dia domingo realizamos el culkto misionero de la Iglesia Centro de adoracion de las Asambleas de Dios de Bolivia.

En dicha actividad miembros de los Salmistas de la Iglesia se vistieron con ropa tipica de los distintos paises como ser:

Mexico, Japon, Ecuador, Bolivia, y otros


El clamor por los misioneros que estan trabajando en los distintos paises fue intensa, tambien se conocio un poco del trabajo misionero que ellos estan llevando a cabo.

La Palabra estuvo a cargo de la cordinadora de la Region en el Departamento de Misiones Ptra. Irene Espinar.

Tuvimos tambien la visita del ministerio enciende una luz y otros pastores quienes estuvieron orando por la causa misionera.

Y brindando informacion y de su experiencia en cuanto a la labor en el campo misionero.


Finalmente acabamos orando por los distintos paises representados por hermanos jovenes de la congregacion, y por hermanos que apoyan el campo misionero


No solamente fue un culto mas fue un tiempo importante para conocer el campo misionero y comprometer nuestras vidas en la labor de hacer misiones, orando, aportando y yendo.............


Mateo 28:19-20 (Reina-Valera 1960)

19 Por tanto, id, y haced discípulos a todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo;

20 enseñándoles que guarden todas las cosas que os he mandado; y he aquí yo estoy con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo. Amén.


miércoles, 22 de octubre de 2008

Semblanza de Susana Wesley, la madre de John y Charles Wesley, una madre que combinó maravillosamente la disciplina y la piedad.


Crió hijos para Dios

Susana Wesley fue la mayor de 25 hermanos y la madre de diecinueve hijos. John, su décimoquinto hijo, fundador del Metodismo, nació en Epworth, Inglaterra, en la misma ciudad donde también nació Charles, su hijo decimoctavo, compositor de himnos. Ella soportó privaciones, pero nunca se desvió de la fe y de la misma manera enseñó a sus hijos.

Una ‘iglesia doméstica’

El hogar de Susana Wesley en Epworth era un hogar cristiano casi perfecto, y allá, en su ‘iglesia doméstica’, ella plantó la primera semilla del metodismo y la mantuvo viva a través de sus atentos cuidados. Su hijo John nunca se olvidó de los cultos que su madre conducía en su casa los domingos en la noche. En un comienzo ella los dirigía en su amplia cocina, pero después, por el aumento del número de participantes, la pequeña reunión se extendió por toda la casa y el granero.

John Wesley sentía que, si su madre podía ganar almas, otras mujeres también podrían involucrarse en este servicio de amor. Muchas mujeres se hicieron cooperadoras valiosas en el movimiento metodista debido al estímulo recibido de John Wesley. El autor Isaac Taylor dice: “Susana Wesley fue la madre del metodismo en el sentido moral y religioso. Su valor, su sumisión y autoridad, la firmeza, la independencia y el control de su mente; el fervor de sus sentimientos devocionales y la dirección práctica dada a sus hijos brotaron y se repetirían muy notoriamente en el carácter y conducta de su hijo John”.

Pocas mujeres en la historia poseerían la sensibilidad espiritual, el vigor y la sabiduría de Susana Wesley.

En Oxford, Charles era un miembro del llamado “Club Santo”, que se reunía a leer el Nuevo Testamento en griego. John se juntó a un pequeño grupo y luego llegó a ser su líder. Eran jóvenes piadosos que visitaban a los pobres y enfermos, prisioneros y endeudados, vivían sin lujo, pasando por muchas necesidades a fin de poder ayudar a otros. Viviendo de acuerdo con el método enseñado por su piadosa madre, aquellos jóvenes fueron apellidados “metodistas”.

El entrenamiento que Susana Wesley dio a sus hijos fue mencionado en una carta que ella escribió a su hijo mayor, Samuel, el cual también llegó a ser un predicador: “Considere bien que la separación del mundo, pureza, devoción y virtud ejemplar son requeridas en aquellos que deben guiar a otros a la gloria. Yo le aconsejaría organizar sus quehaceres siguiendo un método establecido, por medio del cual usted aprenderá a optimizar cada momento precioso. Comience y termine el día con el que es el Alfa y la Omega, y si usted realmente experimenta lo que es amar a Dios, usted redimirá todo el tiempo que pudiere para Su servicio más inmediato. Empiece a actuar sobre este principio y no viva como el resto de los hombres, que pasan por el mundo como pajas sobre un río, que son llevados por la corriente o dirigidas por el viento. Reciba una impresión en su mente tan profunda como sea posible de la constante presencia del Dios grande y santo. Él está alrededor de nuestros lechos y de nuestras trayectorias y observa todos nuestros caminos. Siempre que usted fuere tentado a cometer algún pecado, o a omitir algún deber, pare y dígase a sí mismo: “¿Qué estoy por hacer? ¡Dios me ve!”

Sobreponiéndose a las pruebas

Ella practicaba lo que predicaba a sus hijos. Aunque dio a luz diecinueve hijos entre 1690 y 1709, y era una mujer por naturaleza frágil y ocupada con los muchos cuidados de su familia, ella apartaba dos horas cada día para la devoción a solas con Dios. Susana tomó esta decisión cuando ya tenía nueve hijos. No importaba lo que ocurriese, al sonar el reloj ella se apartaba para su comunión espiritual. En su biografía Susana Wesley, la madre del metodismo, Mabel Brailsford comenta: “Cuando nos preguntamos cómo veinticuatro horas podían contener todas las actividades normales que ella, una frágil mujer de treinta años, era capaz de realizar, la respuesta puede ser hallada en esas dos horas de retiro diario, cuando ella obtenía de Dios, en la quietud de su cuarto, paz, paciencia y un valor incansable”.

Las pruebas que Susana soportó podrían haberla aplastado. Solamente nueve de sus diecinueve hijos sobrevivieron hasta la vida adulta. Samuel, su primogénito, no habló hasta los cinco años. Durante aquellos años ella lo llamaba “hijo de mis pruebas”, y oraba por él noche y día. Otro hijo se asfixió mientras dormía. Aquel pequeño cuerpo fue traído a ella sin ninguna palabra que la preparase para enfrentar lo que había sucedido. Sus gemelos murieron, al igual que su primera hija, Susana. Entre 1697 y 1701 cinco de sus bebés murieron. Una hija quedó deformada para siempre, debido al descuido de una empleada. Alguno de sus hijos tuvieron viruela.

Otras dificultades la persiguieron. Las deudas crecían y el crédito de la familia se agotaba. Su esposo, que nunca fue un hombre práctico, no conseguía vivir dentro del presupuesto de su familia, y si no hubiese sido por la diligencia de su mujer, con frecuencia no habrían tenido alimento.

Desde el punto de vista puramente material, la historia de Susana fue de una miseria poco común, privaciones y fracaso. Espiritualmente, en cambio, fue una vida de riquezas verdaderas, gloria y victoria, pues ella nunca perdió sus altos ideales ni su fe sublime. Durante una dura prueba, ella fue a su cuarto y escribió: “Aunque el hombre nazca para el infortunio, yo todavía creo que han de ser raros los hombres sobre la tierra, considerando todo el transcurso de su vida, que no hayan recibido más misericordia que aflicciones y muchos más placeres que dolor. Todos mis sufrimientos, por el cuidado del Dios omnipotente, cooperaron para promover mi bien espiritual y eterno ... ¡Gloria sea a Ti, oh Señor!”

La ‘escuela doméstica’

En su escuela doméstica, seis horas por día, durante veinte años, ella enseñó a sus hijos de manera tan amplia que llegaron a ser muy cultos. No hubo siquiera uno de ellos en el cual ella no hubiese depositado una pasión por el aprendizaje y por la rectitud.

Cierta vez, cuando su marido le preguntó exasperado: “¿Por qué usted se está ahí enseñando esta misma lección por vigésima vez a ese muchacho mediocre?”, ella respondió calmadamente: “Si me hubiese satisfecho con enseñarla diecinueve veces, todo el esfuerzo habría sido en vano. Fue la vigésima vez la que coronó todo el trabajo”.

Siendo ya un hombre famoso, su hijo John le rogó que escribiese algo sobre la crianza de los hijos, a lo que ella consintió con renuencia: “Ninguno puede seguir mi método, si no renuncia al mundo en el sentido más literal. Hay pocos, si es que los hay, que consagrarían cerca de veinte años del primor de su vida con la esperanza de salvar las almas de sus hijos”.

Ella comenzaba a entrenar a sus hijos tan luego ellos nacían, por un método de vida bastante riguroso. Desde el nacimiento ella comenzaba también a entrenar sus voluntades, haciéndoles entender que deberían obedecer a sus padres. Ellos eran enseñados, asimismo, a llorar despacio, y a beber y comer sólo lo que les era dado. Comer y beber entre las comidas no les era permitido, a no ser que estuviesen enfermos. A las seis de la tarde, apenas las oraciones familiares habían terminado, ellos cenaban. A las ocho se iban a la cama y debían dormir inmediatamente. “No era permitido en nuestra casa”, informa uno de sus hijos “sentarse cerca del hijo hasta que él dormía”. El gran ruido que muchos de nuestros hijos hacen era raramente oído en casa de los Wesley. Risas y juegos, en cambio, era los sonidos habituales.

Formando siervos de Dios

El bienestar espiritual de sus hijos interesaba mucho a Susana. Ella les inculcó un aprecio por las cosas del Espíritu y llevó adelante esta enseñanza hasta sus años de madurez. Incluso siendo mayor, su hijo John venía donde su piadosa madre en busca de consejo. No sólo para los metodistas, sino para todo el mundo, Susana Wesley dio una nueva libertad de fe, un nuevo brillo de religión práctica y una nueva intimidad con Dios.

No es de admirar que esta madre que tan frecuentemente oraba “dame gracia, oh Señor, para ser una cristiana verdadera”, produjese un gran cristiano como John Wesley. Ella oraba: “Ayúdame, Señor, a recordar que religión no es estar confinada en una iglesia o en un cuarto, ni es ejercitarse solamente en oración y meditación, sino que es estar siempre en tu presencia”.

En octubre de 1735, sus hijos John y Charles Wesley fueron a Estados Unidos como misioneros a los indios y a los colonizadores. Al despedirse de ella, John le expresó su preocupación en dejarla, siendo ella ya mayor. A lo que respondió: “Si tuviese veinte hijos, me alegraría que todos ellos fuesen ocupados así, aunque nunca más los volviese a ver”.

Al regresar a Inglaterra, John reasumió sus predicaciones por todo el país. Años después, Susana tuvo el inmenso gozo de oírlo predicar noche tras noche a cielo abierto, a una audiencia que cubría toda la cuesta de Epworth. Él se acordaba de las reuniones de su madre en Epworth cuando la oía predicar en las noches de domingo para doscientos vecinos que se aglomeraban en la casa pastoral.

Cuando los metodistas alcanzaron pleno vigor, la vida de Susana llegó a su fin. Un domingo de julio de 1742, mientras John predicaba en Bristol, le fue avisado que su madre estaba enferma, y regresó aprisa. El viernes siguiente ella despertó de su sueño para exclamar: “Mi querido Salvador, ¡estás viniendo a socorrerme en los últimos momentos de mi vida!”.

Más tarde, cuando los hijos estaban alrededor de su lecho, ella dijo: “Hijos, tan luego yo haya sido trasladada, canten un salmo de alabanza a Dios”. Ella murió en el lugar donde la primera Capilla Metodista fue abierta y fue sepultada en el cementerio al lado opuesto donde treinta y cinco años más tarde su hijo John construyó su famosa capilla. Cierta vez, John dijo sobre aquel funeral: “Fue una de las reuniones más solemnes que yo vi, o espero ver, en este lado de la eternidad”.

Un llamado a las hijas de Dios, para ser mujeres conforme a Su corazón.




«Acuérdate de Jesucristo»

Marcela Azzolini

«Acuérdate de Jesucristo, del linaje de David, resucitado de los muertos conforme a mi evangelio» (2 Timoteo 2:8).

Querida hermana: te invito a que leas con atención las dos cartas de Pablo a Timoteo. Te podrás dar cuenta de que no fueron escritas o dirigidas a la iglesia, sino que más bien son de carácter personal, como cuando un padre preocupado le escribe a su hijo –en este caso a Timoteo–, a quien aconseja cómo debe mantener la fe por medio de las buenas obras y conducta recta en la casa de Dios, y también cómo resistir lo falso.

Al leer las cartas, nos podemos dar cuenta del gran afecto que siente Pablo por este joven, que tendría alrededor de 20 años. Eso lo vemos en el inicio de las dos cartas: «…a Timoteo, verdadero hijo en la fe…», «a Timoteo, amado hijo».

Acuérdate de Jesucristo

Cuando Pablo le dice: «Acuérdate de Jesucristo», no creo que fuera porque Timoteo se haya estado desviando de la senda o porque tuviera una conducta no adecuada. Más bien, es la secuencia de consejos que el apóstol le menciona y le recuerda, por ejemplo en la 1ª carta, capítulo uno: «Guarda la sana doctrina», tener «una fe no fingida», pureza, una conciencia sana; la ignorancia de la palabra que tienen algunos, «el propósito de la ley (para quién fue dada); habla de su testimonio personal, le recomienda que trabaje en el Señor manteniendo la fe. En el capítulo dos, le instruye sobre la oración (por quiénes se debe orar), le habla del plan salvador de Cristo (para qué vino). ¿Por qué le habla de algo tan básico para un joven evangelista como Timoteo? Luego, cómo deben conducirse las mujeres cristianas. En el capítulo tres, habla de los requisitos de los obispos y diáconos. En el capítulo cuatro, de la apostasía, que la Palabra es la que nos purifica, nos limpia y santifica; los deberes de un buen ministro, del pelear la buena batalla. En conclusión, en la primera carta Pablo revela una seria preocupación por dotar a la iglesia de normas de vida y conducta.

En la 2ª carta, Pablo estaba en su segundo encarcelamiento, en Roma (encadenado – así lo hacían con los malhechores). Él preveía una cercana ejecución, pero a pesar de su difícil situación personal, su principal preocupación era la iglesia y algunos malos comportamientos de creyentes. Hay una exhortación constante a su «amado hijo Timoteo» a mantenerse fiel y a no avergonzarse de ser testigo de él.

En esta carta le recomienda que anuncie con diligencia el evangelio, que amoneste con prudencia a los creyentes, que corrija con humildad, que esté dispuesto a sufrir. Le previene contra conductas desviadas que algún día podrían llegar a introducirse en la iglesia (3:15). Creo que ya estamos en esos tiempos peligrosos de que habla aquí: apariencia de piedad, hombres corruptos de entendimiento que apartarán a los incautos de la verdad.

En conclusión, esas son las cosas en que debía acordarse de Jesucristo: sus enseñanzas, su vida, su negación, sus padecimientos, su propósito salvador, el mandato de predicar de él, el no tener miedo a sufrir a causa de servirlo, y cómo debe ser todo lo que se hace en la casa de Dios. Eso era lo que constantemente Timoteo debía recordar, traer a la memoria.

La carga de un padre por su hijo

Se dice que Pablo y Timoteo se conocían desde hacía más de quince años. En las dos cartas mezcla cosas básicas tales como recordarle cómo se convirtió, la fe de su abuela y madre, y también cosas muy serias como advertirle acerca de los que engañan a algunos hermanos con falsas creencias.

Me da la sensación que a Pablo, al verse cerca de morir, le da mucha ansiedad por traspasar y recalcar lo que él mismo le había hablado tantas veces. Vuelvo al mismo ejemplo: un padre que se encuentra muy enfermo y sabe que va a morir y le aconseja desesperadamente a su hijo: «Hijo, no te olvides de lo que te enseñé … recuerda lo que hablamos … cuidado con esto ... acuérdate de aquello…»

Calvino dijo, refiriéndose a estas dos cartas: «Fueron escritas, no con tinta, sino con la misma sangre de Pablo». Había una misión que debía ser traspasada. Moisés se la traspasó a Josué, Cristo a los apóstoles, Pablo a Timoteo. Este último mandato fue dado hace más de 1900 años, pero hasta hoy se predica, se recuerda. Ya no es Pablo a Timoteo, es el mismo Señor Jesucristo que nos lo está diciendo: «Acuérdate de mí ... acuérdate para qué te llamé ... acuérdate para qué te salvé ... acuérdate para qué di mi vida por ti ... acuérdate que te puse nombre; mía eres tú».

Todas las hijas de Dios, grandes y pequeñas, estamos llamadas a servir en su casa como este joven Timoteo. No es sólo para algunas. Si has creído en el Señor debes responder a este llamado. «Pero, ¿en qué serviré?», puede ser tu pregunta. Dios es el que abre las puertas. Sólo tienes que disponerte a hacer lo que él quiere que hagas. Por ejemplo, orar es un mandato, predicar, amar y sujetarnos a nuestros esposos; amar a nuestros hijos, visitar a los enfermos y a los que están privados de su libertad.

Pero todo servicio, por grande o pequeño que parezca a tus ojos, debe ser realizado como aconseja Pablo a Timoteo: con una conciencia limpia, sana, pura (eso lo hace la Palabra), con una fe no fingida, un corazón limpio (eso lo hace el Espíritu Santo de Dios que vino a morar en nosotras), con piedad y santidad. Nuestro anhelo y oración debe ser no sólo ser usadas por él, sino ser aprobadas en él. El Señor quiere toda nuestra vida para él; no sólo una parte. Él no pide mucho ... él lo pide todo.

Mujeres conforme al corazón de Dios

La santidad en estos tiempos es muy dificil, porque todo este mundo y su sistema nos bombardea por todos lados, y llama a lo bueno malo y a lo malo bueno. Hemos sido llamadas a ser santas porque él es santo, y sin santidad nadie verá al Señor.

Como madres tenemos la obligación de formar, no de «deformar» a nuestros hijos. Porque lo que tú no le enseñes como madre, Dios, que es su Padre, se lo va a enseñar, y seguramente lo va a aprender, pero con lágrimas. Porque cuando uno llega a Dios, a veces, llega muy mal formado, entonces él empieza a tratar directamente con uno, y el quebrantamiento duele, ¡y cuánto cuesta cambiar hábitos, formas de pensar y de actuar!

En la Biblia hay muchos ejemplos de madres que cumplieron con ese llamado, y sus hijos mostraron los frutos. Timoteo, Samuel, David, Moisés, Juan el Bautista. En la Biblia hay muchos que comenzaron desde pequeños a entender la perfecta voluntad de Dios. Ellos no tenían nada de especial o sobrenatural que los diferencie de nuestros hijos. La diferencia, creo yo, la marcaron sus madres.

Para ellos no fue fácil mantenerse santos, porque siempre abundó el pecado, y el diablo siempre ha tenido la misma misión: robar, matar y destruir; pero su mente y corazón estaban guardados para Dios.

Ellos tuvieron una decisión. Y ese mismo compromiso es el que nosotras debemos tomar cada día: el de vivir como cristianas santas, hoy. Ser mujeres conforme al corazón de Dios, que no se conforman con este mundo y su sistema. Mujeres valientes, que llaman pecado a lo que es pecado.

Estamos llamadas a esperar su venida en santidad, como la novia que anhela la llegada de su Amado. Él nos sigue llamando con amor, su Santo Espíritu nos anhela celosamente para él y nos hace acordarnos de Jesucristo.

Una pregunta que ayuda a definir el rol de la mujer en el contexto familiar.


¿Obstaculizadora o facilitadora?

Miriam Ferrando

Es común en las grandes ciudades, mientras uno se dirige al trabajo o regresa de éste, encontrarse con atochamientos en las carreteras y avenidas. En estas situaciones no se puede retroceder, porque hay vehículos detrás. Simplemente hay que esperar, aunque uno quisiera que el auto tuviera alas para superar el obstáculo y poder seguir el camino. Si no se puede tomar otra dirección, lo único que nos queda es esperar.

Estas situaciones, vividas a diario, me hacían pensar en qué sucede cuando nosotras somos un obstáculo para el accionar del Señor ¿Qué hace el Señor cuando somos un obstáculo en su camino, en el cumplimiento del propósito de Dios.

Ezequiel capítulo 1, versículos 9,12,17 y 20 nos indica que tanto los querubines como «las ruedas» andaban hacia delante, no se volvían. El principio que podemos extraer de esta lectura es que el Señor va siempre hacia delante; no puede esperar, ni tampoco desiste ¿Qué pasa cuando Dios no encuentra el vaso adecuado? Viene el juicio de Dios, lo que significa que él busca otro vaso.

Hermanas, el Señor nunca se desvía. Tal vez toma una nueva dirección, pero continúa siempre hacia adelante. Si somos estorbo, Dios sigue en una nueva dirección, pero avanza siempre. Somos un obstáculo (Fil. 2:21) cuando buscamos lo «nuestro». Somos facilitadoras cuando nos acomodamos al pensamiento de Dios.

Como mujeres, muchas veces creemos que nuestras decisiones y acciones no traspasan los límites de nuestra casa; que sólo quedan en el terreno de lo doméstico y que no van a afectar a nadie más que a nosotras. Pero lo que hacemos o no hacemos puede ser un obstáculo o un medio para que la gloria de Dios se manifieste. Las consecuencias de una u otra decisión pueden afectar no sólo a nuestra familia, sino también a la iglesia.

Veamos en las Escrituras cómo algunas mujeres fueron «obstaculizadoras», o bien, facilitadoras», con respecto a:

1. EL ESPOSO
Jezabel
(1 Reyes 21, Apocalipsis 2:18).
Aquí vemos un claro ejemplo de una mujer que llevó el gobierno espiritual, «incitó» a su esposo a hacer el mal (v. 25). Fue un obstáculo, y su acción tuvo una grave consecuencia: no tuvo descendencia. No se volvió a saber más ni de Acab ni de su esposa.

Como esposas podemos interferir en el servicio al Señor de nuestro esposo, en las decisiones que hay que tomar respecto al servicio, en las apreciaciones respecto de una situación. Nuestros comentarios no quedan en nuestras cuatro paredes, tienen una consecuencia eterna.

Abigail (1 Samuel 25)
Ella fue una facilitadora del propósito de Dios. Le salva la vida a su marido y no lo desautoriza, a pesar de que es un insensato. Y detiene a su futuro esposo de derramar sangre. David la bendice, bendice su inteligencia y su actuar (v. 32). Su decisión tuvo una consecuencia: fue reina.

2. LOS HIJOS
La madre de Juan y Santiago (Mateo 20:20).
El amor maternal puede estorbar lo que el Señor quiere hacer. Parece insensato decir que el amor de una madre por sus hijos pueda ser malo, pero así es cuando se introduce un elemento natural en el propósito de Dios. Esto trajo consecuencias: los discípulos se enojaron (v. 24). Esta intervención dañó la relación entre ellos: «la iglesia fue dañada». ¡Cuántas veces hemos visto en la iglesia madres que pelean y luchan, evidentemente o en forma camuflada, para darle un lugar de privilegio a sus hijos, o para defenderlos de una disciplina!

La madre de Moisés (Éxodo 2, Hebreos 11:23).
Esta madre en cambio, facilita el objetivo que tenía Dios, en su vida y su obra. No dejó que mataran a su hijo y lo entregó, por fe, al Señor (¿Quién le aseguraba que se iba a salvar?). Perdió a su hijo, pues tal vez Moisés nunca la reconoció como mamá, hasta que fue grande. En verdad, no lo sabemos. Lo que sí sabemos es que por un acto de fe de una madre, Moisés fue el libertador del pueblo hebreo, y el plan de Dios siguió su curso.

3. TRADICIÓN
Mical
(2 Samuel 6:17).
Ella era hija del rey Saúl. Era hija de rey y esposa de rey. Mical sabía cómo debía comportarse un rey, lo que debía hacer y no hacer. Cuando ella vio a David danzar de esa manera, pensó que esa no era la conducta apropiada para un rey. Nunca había visto algo así de parte de un rey. Mical reaccionó irónicamente, aferrándose a su dignidad, a lo que tenía como su tabla de salvación. Como consecuencia de este acto, nunca tuvo hijos. No tuvo frutos. ¿Estamos nosotras abiertas al mover y a la dirección de Dios en su iglesia o estamos aferradas a la tradición, a lo que hicimos o vimos en el pasado?

María (Mateo 12:47).
En este episodio su hijo casi la desconoce, la pone a la altura de todos sus hermanos, y no le da ningún privilegio por ser su madre. María no se casó como todas las mujeres de su época, y afrontó una situación social muy difícil. Su hijo no fue como todos; no vivió como todos y no murió como todos. María abandona la normalidad de la vida para que el plan de Dios se cumpla. De más está explicar las consecuencias que tuvo para la humanidad el que haya habido una mujer facilitadora del camino del Señor.

Hermanas, las invito a leer varias veces Romanos 14. Allí se nos presenta otro gran obstáculo (v. 13) que consiste en «juzgarnos entre nosotras». Se nos insta a no destruir la obra de Dios (v. 20) y a facilitar la edificación de Su cuerpo. De nada nos serviría por ejemplo, ser facilitadoras en el propósito de Dios si usamos eso como medida para las demás hermanas y las juzgamos por no imitar nuestras acciones.
Luego, debemos preguntarnos sobre nuestra posición ante el Señor: ¿Somos facilitadoras u obstaculizadoras?

viernes, 5 de septiembre de 2008

CONSEJERIA BIBLICA

CONSEJERIA BIBLICA

Por: Silvia Stankiewicz. De nacionalidad Argentina, casada, con tres hijos, sierva de Dios, graduada de la Facultad Latinoamericana de Estudios Teológicos. Con más de 20 años al servicio de la obra de Dios. Ha estudio también en diferentes seminarios y tomado cursos especiales. Es maestra y consejera bíblica  da cursos y talleres para preparar líderes, obreros y maestros. Actualmente reside en USA con su familia.

------------------------------------------------------

 

Pregunta: Antes que nada Dios siga bendiciendo este espacio. Hace aproximadamente 9 años que me uní en matrimonio con mi esposo, y desde entonces mi suegra y yo no podemos ponernos de acuerdo en muchísimas situaciones, las dos somos cristianas me duele mucho en mi corazón no poder agradarle a ella y poder vivir en paz sin hacernos daño, yo le he pedido al señor que me revele si soy yo quien la provoca a ella para que me trate como ella lo hace, pero hasta ahora no he recibido respuesta. Realmente es una situación difícil y me gustaría que me ayudaran en oración y algún consejo para poder servir a Dios completamente porque siento que esta situación no me permite servirle como él quiere que le sirva. (Amada, México.)

Respuesta: Hola Amada. Gracias por escribir. La Biblia dice que si alguno esta en Cristo, nueva criatura es.... las cosas viejas pasaron, he aquí, todas son hechas nuevas. Es claro que si ambas son cristianas deberían dejar de lado la vieja naturaleza, crucificarla en la cruz y morir a ella, para vivir en novedad de vida. Analiza como hija de Dios que eres, que cosas y áreas son las que mas te cuesta sobrellevar en el desencuentro con tu suegra.

Lleva tu vida en oración y pídele al Espíritu Santo que te haga sentir y te muestre que áreas son las que debes cambiar para tener una mejor relación.

Por otra parte hermana, tu no me especificas en que cosas se llevan mal, si ella se entremete en tu matrimonio o son cosas diarias las que les llevan a discusión.

Porque hay una gran diferencia si tu suegra, se mete en tu matrimonio , en cosas que pertenecen solo a ti y tu esposo , ya que no debería ser así, y tu esposo no debería consentir en ese tipo de intromisión. Eso no lo se.

Pero sea lo que fuere.... en el amor de Cristo, y con el Espíritu Santo viviendo en cada una de sus vidas, todo se puede solucionar.

El grano tiene que morir para dar fruto

“En verdad les digo que si el grano de trigo no cae en tierra y muere, queda él solo; pero si muere, produce mucho fruto”. (Juan 12:24).

La respuesta positiva a los problemas es una de las claves fundamentales que determina la clase de persona que somos. Las grandes dificultades de la vida pueden ser piedras de tropiezo o bien pueden ser piedras angulares de la vida.

La Biblia cuenta que el rey Saúl vio al gigante Goliat y se acobardó, tuvo temor. Pero David el pastor de ovejas vio al mismo gigante Goliat y lo venció.

La respuesta que demos a cada problema de la vida determinará nuestra estabilidad mental y física.

Las injusticias, las acusaciones, aflicciones y disgustos parecen ser un tipo de escuela que Dios permite para nuestro crecimiento espiritual y fortalecimiento. Cuando la persona humildemente y quebrantada se somete y busca a Dios tendrá un enorme crecimiento espiritual, Dios cambiará muchos de esos sentimientos por Paz y Gozo en tu corazón.

El grano tiene que morir para dar fruto, pero al principio ese grano estuvo verde sin tener la cualidad necesaria que se necesita para que caiga en tierra y de el fruto que se espera.

La uva madura tiene que ser aplastada para que derrame el dulce jugo. Las semillas tienen que ser prensadas para obtener el aceite.

Muchas veces tenemos que pasar por dificultades para poder crecer en todas las áreas de nuestra vida, no hay victoria sin batalla, no hay éxito sin esfuerzo.

Cuando un hombre o una mujer crecen, está lista para dar fruto y Dios permite éxito o crecimiento en todo lo que emprende en la vida. Amen.

Tu vida y relaciones pueden cambiar, no esperes de otros, empieza tu...!!

Bendiciones mil!

-------------------------------

 

Pregunta: Hola, necesito mucha ayuda, tengo ataduras de mis padres, abuelos, tengo muchos problemas mi vida es un desastre, tengo 10 años de ser cristiano hasta hace un par de meses me gustaba ir a la iglesia ahora ya me da igual si voy o no, mi pregunta es la siguiente, quiero que me aconsejen para poder sanar mis heridas del alma, alguien me dijo que Dios le había mostrado mi corazón y que estaba con una sanja en medio muy profunda y con miles de rajaduras a punto de quebrarse en un millón de pedazos, la verdad es que no se que significa, solo se que es cierto por que me siento así, y ya tengo que hacer algo para solucionarlo ya me canse de sentirme así.... espero que me puedan ayudar. Juan Pablo, México.

 

Respuesta: Hola Juampa. Gracias por escribir. La Biblia dice: "conoceréis la verdad, y la verdad os hará libres".... Ahora que es conocer la verdad, y que esa verdad te haga libre?
Es tener un encuentro personal, genuino y sincero con Jesucristo tu Salvador, El es el Camino, El es la Verdad y El es la Vida! Si estas en Cristo no tendrás ataduras de ningún tipo, todo se romperá ante su presencia. Hasta aquí me parece que no lo has tenido y si algo has sentido quizás haya sido emoción.

Pero la vida en Cristo, en comunión, o sea buscando de El por medio del conocimiento de su Palabra y la oración sincera y ferviente puede hacer cosas grandes y asombrosas en tu vida, no importando que estés caído y si te encuentras en lo mas bajo que pueda haber.
Tu puedes y necesitas ser renovado en la fe, y aunque estés herido, lastimado y aun destruido, Dios es especialista en milagros, El hace Nuevas todas las cosas, y aunque tu vida este destrozada, El tomara cada pedazo y hará una obra maravillosa si tu se lo pides y estas dispuesto a vivir una vida integra en El.

Dios esta cercano a los que le buscan de verdad.. escrito esta!
Así que dispone tu corazón, alinéate con El, ve a la iglesia, habla con tu pastor y pídele que te ayude, cuéntale como te sientes y dile también que te ministre y que ore por ti.
Sigue firme en el camino, no te desvíes de el, ya que para estar bien necesitas "permanecer" como la vid en los pámpanos, lee Juan 15.
Permanecer es estar siempre unido a la Vid verdadera, que es Cristo, y nutrirte diariamente en ella.
No busques fuera de los caminos de Dios lo que sacie tu vida porque no lo hallaras, solo encontraras caminos que parecen de vida, pero que te llevaran a la muerte.
Me dices que no tienes ganas de ir a la iglesia, que te da lo mismo, eso indica que estas frío y que el enemigo esta ganando ventaja sobre ti.
Esta en ti la decisión lo que vas a hacer. Espero que escojas bien. Dios te espera para hacer una obra nueva en ti. Pero, no te guíes por sentimientos, sino por fe... fe es tener la convicción de recibir lo que esperas.

No es sentir ganas de ir a la iglesia o no.... es decir si .. lo sienta o no... iré a la casa de Dios a ofrecerle mi mejor alabanza y adoración, escuchare su Palabra y se que seré bendecido , orare y no importa si siento algo o no ,se que Dios me escuchara, y que mi vida cambiara... Eso es Fe!

Y es lo que te aconsejo que hagas. No estas solo... "Todo lo puedes en Cristo que te fortalece" Filip. 4:13 Bendiciones y adelante! Pon tus ojos en Jesús y no fracasaras jamás!

------------------------------------------------------

 

Pregunta: Hola que tal!, escribo desde Venezuela y mi situación es la siguiente, amo a mi esposo tengo familia con el pero en ciertos momentos deseo alejarme completamente de su vida dado a que no me agrada para nada su familia, el sentimiento es mutuo ya que ellos a mi y a mi hijo no nos soportan, no nos quieren cerca sino solamente a mi esposo, la mama de el asiste a un sitio donde adoran un buda, la familia de el lo manipulan por medio de una hija que el tiene fuera de nuestro matrimonio (el ya la tenia cuando nos casamos).

Entonces mi esposo y yo discutimos, peleamos y nos decimos muchas cosas ya que se convirtió en un padre sobre protector de la hija y con un gran sentimiento de culpa hacia ella cuando nació nuestro bebe. Quiero a mi familia unida no soy quien para separar lo que Dios unió, pero también esta mi salud mental y la de mi hijo. Hemos ido a Psicólogos Cristianos, Consejera Matrimonial, mi familia, amigos etc y el sigue actuando igual y diciendo que cambio, pero realmente no se ve el cambio (el no acepta que no ha cambiado, esta completamente convencido que si lo ha hecho) mi esposo aun no entiende que la familia a la que el debe dedicarse a formar a preparar etc es la que Dios nos entrego a el y a mi; sin dejar a un lado la hija pero no poniendo toda su atención en ella porque nuestro hijo también lo necesita.

No se que hacer, no se que decisión tomar.. Necesito su punto de vista en la profesional, espiritual y que sea lo mas clara conmigo como le sea posible para ver si alguien que este fuera de esta situación me aconseja y quede convencida de lo que debo hacer.Gracias, mil bendiciones. Gabriela, Venezuela.


Respuesta:Hola Gabriela. Dios te bendiga. Mira, si ya has ido a psicólogos cristianos, conserjería matrimonial y amigos te han dado su consejo u opinión, creo que haz hecho de tu parte bastante, no es fácil para mi que estoy lejos, y solo por medio de un email, aconsejarte, pero te daré de todos modos mi consejo, esperando que sea de ayuda, guía y bendición a tu vida, ya que viene de parte de Dios para ti. Lo que tu me dices y del modo que me lo planteas, es verdad.
Tu esposo debe darle prioridad a su familia, la cual ante Dios hizo un pacto que incluye dejar a padre y madre y unirse a su mujer, para ser uno, dando lo mejor de si en pro de ella en todas las áreas.

Su familia es en tu caso , tu y tu hijo. Es cierto, que si tiene una hija de su anterior relación, debe amarla, cuidarla y proveer todo lo que ella necesite, pero ser equilibrado en lo que hace.
Sin embargo hermana, hay algo que es personal, y es algo en lo cual nadie puede hacer nada al respecto, ya que es una decisión individual y personal, la cual Dios respeta, y es... el libre albedrío.

Dios nos dio esa posibilidad de poder escoger lo que queremos ser y hacer.
Si tu esposo, antepone a su familiares, sea padres , o su hija , además de que me dices que han tomado un curso matrimonial [el cual ha puesto los puntos en sus lugares] y el ha hecho oídos sordos a eso, tu no puedes hacer nada mas. Solo orar para que el entre en razón, y su entendimiento sea abierto, que sea sensible a la Palabra de Dios y a su rol como esposo y padre. Dios tiene todo el Poder para cambiarlo y transformarlo, y es mas.... El desea hacerlo, mas como te dije antes, no lo hará si tu esposo no quiere....
Es una realidad de la cual no podemos huir, que por más fe que tengamos.

Yo no puedo decirte que decisión debes tomar, eso es algo tuyo y personal, intenta hablar con tu esposo, pero con testigos que vean de afuera la situación y que sean neutrales, exponiendo así la situación, y viendo que se puede hacer al respecto.
Por mi parte anhelo que tu matrimonio se establezca basado en Cristo y edificado en El, que ambos le busquen en espíritu y en verdad, que su vida espiritual sea firme y fuerte, ya que de ese modo las cosas pueden cambiar. No hay enemigo que resista a dos personas que se unen para buscar a Dios y de Dios ferviente y sinceramente.

No te preocupes por la familia de el, si no te quiere, si te rechaza, si tu estas en Dios por mas buda o cosas te que hagan a ti, no te llegara. Pero , como hija de Dios no les devuelvas mal por mal, se que no es fácil, pero trata de ser ejemplo de que Cristo vive en ti, quizás también puedas establecer un buen vinculo con la hija de tu esposo para ganarla también para Cristo... "Encomienda a Jehová tu camino y confía en El Y El hará" Salmo 37 No es en tus fuerzas que podrás tener victoria, sino en El.

Recuerda que "Todo lo puedes en Cristo que te fortalece" Filip 4:13 En El esta la plenitud de todo lo que necesitas... Corre a su Gracia y misericordia, El te guiara en los pasos a seguir, no te apures ni estes ansiosos e inquietos, solo espera en paz, y recibirás la respuesta oportuna. Habla con tu pastor, únete a un grupo de discipulado en la iglesia, donde aprendas de la Palabra de Dios , la cual te dará fuerzas y fe, y donde también oren contigo y por ti, donde te sientas apoyada y en compañía de personas que te animen y alienten, lo mismo con tu hijo, llévalo a que se reúna con niños de su edad y que aprenda a conocer a Dios , su Palabra , sus caminos y a orar, aprovecha esta situación para estrechar lazos mas fuertes espiritualmente y así con tu hijito orar juntos y buscar de Dios.

Dios es Fiel...
Bendiciones!

ARCO IRIS

ARCO IRIS

Cuando Fernando de Lesseps oyó que Mohamed Said, su amigo de la infancia, había sido nombrado virrey de Egipto, no perdió tiempo en dirigirse al Cairo. Ambos hombres estaban de buen humor cuando se encontraron en las afueras de Alejandría, el 13 de noviembre de 1854. De Lesseps había venido a Egipto para hablar con Said acerca de la idea de un canal que él tenía, pero no la expuso inmediatamente.

En su lugar, esperó una señal de Dios. Cuando se levantó a la mañana antes del amanecer, supo que el momento había llegado. Más tarde escribió: “Los rayos del sol ya iluminaban el horizonte al oriente; al occidente aún todo estaba oscuro y nublado. Súbitamente vi un arco iris de vívidos colores extendiéndose en el cielo de este a oeste. Debo admitir que mi corazón golpeaba aceleradamente, por... esta señal de un pacto... parecía presagiar que había llegado el momento de la unión entre el este y el oeste”.

De Lesseps se dirigió inmediatamente a la tienda de Said y, antes de terminar el día, su proposición para la construcción del gran canal de Suez se había aprobado.

Puede ser que Dios no le envíe un arco iris como señal, pero su pacto con usted es seguro. ¿Por qué no mirar hoy hacia Él en busca de respuestas, tanto por las ideas innovadoras que necesita como por el tiempo preciso en el cual hacerlas?

Lo imposible se desvanece cuando un hombre de la mano de Dios se enfrenta a una montaña.

Mateo 19:26
Y mirándolos Jesús, les dijo:
Para los hombres esto es imposible;
Más para Dios todo es posible.

COMUNICACION DIARIA

COMUNICACION DIARIA

La sala de fiestas estaba alegremente adornada con preciosas flores y cintas. A lo ancho del frente del salón se encontraba un estandarte en el que podía leerse: “Muchas felicitaciones para una pareja radiante”. Celebraban su cincuenta aniversario de bodas. Familiares y amistades, ya sean que vinieran cerca o lejos, se habían congregado para rendirles homenaje. Los cuatro hijos se turnaron para expresar sus más tiernos recuerdos y las grandes lecciones aprendidas de sus padres. Luego, partieron el pastel, tomaron fotos y todos disfrutaron por estar juntos.

Con gran rapidez, la tarde llegó a su final. Los amigos se despidieron; los miembros de la familia llevaron consigo recuerdos y se retiraron. Ya en la noche, uno de los nietos preguntó: “Abuelita, ¿cuál es el secreto para estar felizmente casados por cincuenta años?” Sin vacilar, su abuela respondió: “Siempre estamos dispuestos a conversar de cualquier asunto”.

Investigaciones recientes apoyan esa conclusión. Un estudio realizado, entre parejas con más de veinte años de matrimonio, reveló que lo único que tenían en común era que charlaban a diario. Quizás desde que descubrieron cómo comunicarse se dispusieron a hablar de sus diferencias a la llegada de períodos difíciles. Lo mismo se aplica a nuestra relación con Dios. Si con regularidad nos comunicamos con Él, nos volveremos hacia Él automática e inmediatamente cuando llegue la crisis.

Colosenses 4:6
Que vuestra conversación sea siempre con gracia.

EN LA CIMA


EN LA CIMA 

Un Joven alpinista iba acompañado por dos fuertes y experimentados guías, en su primer intento por escalar los Alpes Suizos, y se sentpia seguro de tenr un guía en la delantera y otro detrás de él.

Escalaron varias horas. Sin aliento y exhaustos, lograron por fin llegar a las rocas que entre la nieve sobresalían justo antes de llegar a la cima. Al faltar solo unos metros para llegar a la cima, el guía que iba al frente se echó a un lado para que el joven alpinista pudiera ver el paisaje por primera vez, una maravillosa vista panorámica de picos cubiertos de nieve y un brillante y despejado día en el cual no se veía una sola nube.

Aferrandose a las rocas mientras escalaba, el joven dió un último salto hasta la cima.

El guía rapidamente lo asió y tiró de él hasta bajarlo. El joven no sabía que a menudofuertes vientos soplaban sobre las rocas de la cima, cuya velocidad podía hacerlo caer.

Al instante, el guía le informó de tal peligro diciendole: ¡Tiene que arrodillarse señor! ¡Nunca estará mas seguro acá arriba que de rodillas!

Este joven descubrió que aunque pensó estar bien preparado para escalar, aún había mucho más por aprender. La vida está saturada de errores y el peligro mayor radica en no aprender de ellos.

"LO QUE ERES, ES EL REGALO DE DIOS PARA TI. LO QUE HACES DE TI MISMO, ES TU REGALO PARA ÉL."

Santiago 1:4
...Mas tenga la paciencia su obra completa, para que seaís perfectos y cabales, sin que os falte cosa alguna...

jueves, 8 de mayo de 2008

La suegra de Pedro

  • La suegra de Pedro

"Habiendo entrado Jesús en casa de Pedro, vio a la suegra de éste postrada en cama con fiebre". Mateo 8:14

Lease Mateo 8:14-17

Cuando Jesús dijo a Pedro y a Andrés: "¡Seguidme!" los dos dejaron todo lo que tenían y le siguieron. Los lazos que unían a Pedro, y en general a los discípulos, con sus familias tenían que ser cortados, y nuevos lazos tenían que aparecer para sustituirlos. Pero, Pedro ya no pertenecía a Betsaida, ni a la familia de su padre Jonás. Pertenecía a Jesús y a su Reino. Recordemos a Jesús: "El que ama a su padre o madre más que a mi no es digno de mí." Esto parece una exigencia extrema. Y los primeros cristianos hicieron este sacrificio por sus convicciones: lo dejaron todo para seguir a Jesús.

Eso no era obstáculo para que los lazos deshechos entre el discípulo y su familia fueran luego reconfirmados. Esto ocurrió en el caso de Salomé, la madre de Juan y Jacobo, y en este caso entre Pedro y su suegra. Estas mujeres creemos que se convirtieron a la fe. En cuanto a Salomé es seguro. Sabemos de la suegra de Pedro que servía a Jesús. No cabe duda que el milagro recibido tenía que disponerla a adorar al Señor.

No sabemos si vivía en Betsaida o Capernaum, aunque no importa. Allí Pedro y Andrés poseían una casa. Posiblemente heredada de su padre. Pedro era casado, y al seguir a Jesús dejó la casa a cargo de la esposa. Cuando Jesús visitó la casa, su madre vivía con ella. No sabemos si Andrés era casado. Tampoco sabemos si había hijos. Sabemos que la esposa de Pedro todavía vivía cuando Pablo era creyente, por la referencia que hace a ella en 1a Corintios 9:5.

En nuestra historia vemos que la suegra de Pedro está enferma. No sabemos si era una enfermedad grave. Pero, sí que Jesús llegó, le tocó la mano, y a pesar de que "estaba postrada en cama" se puso bien: se levantó y les servía.

De este incidente aprendemos que el hecho que Jesús mandara a sus discípulos que lo dejaran todo para seguirle no les impedía mantener las relaciones con la familia, pues de otro modo Pedro no les habría visitado. En este caso toda la familia alaba al Maestro.

Las relaciones entre yernos y suegras no siempre son lisas y suaves. Es posible que en algunos casos no haya la discreción debida o la paciencia deseable por parte de los dos, en estas relaciones. Por otra parte el amor puede superar todas las discrepancias y diferencias en el modo de ver las cosas. En el caso de Pedro hemos de creer que su enfermedad había unido a toda la familia en oración. Ahora, una vez curada, ella muestra su amor y se dedica a servir al grupo que había traído a casa su yerno, especialmente a Jesús que la había curado. Reinaba la armonía en aquella casa

Preguntas sugeridas para estudio y discusión:

1- ¿Qué quería decir Jesús cuando les decía a los que habían de ser sus discípulos: «Sígueme»?

2- ¿Curó Cristo a esta mujer del todo?

3- ¿Qué lección particular aprendemos aquí sobre las relaciones dentro de la familia?

Salomé

  • Salomé

"Entonces se le acercó la madre de los hijos de Zebedeo, con sus hijos, postrándose ante él y pidiéndole algo" (Mateo 20:20)

Lease Lucas 20:20-28; Marcos 15:40, 41.

Salomé era la esposa de Zebedeo, y la madre de Juan y Jacobo. Lo notamos al comparar Marcos 15:40 con Mateo 27:56. Marcos nos da el nombre de Salomé como una de las mujeres que estuvieron presentes en el entierro de Jesús. En Mateo no se menciona su nombre pero se la designa como la madre de los hijos de Zebedeo. Salomé podía considerarse como muy bendecida entre las mujeres, puesto que era la madre de dos de los discípulos más queridos por Jesús. Es indudable que los tres apóstoles en quienes Jesús tenía más confianza eran Pedro, Juan y Jacobo. Más adelante apareció Pablo, pero este no formaba parte de los doce. Jacobo y Juan, junto con Pedro, siempre son nombrados en ocasiones aparte. Jacobo murió como mártir según vemos en Hechos 12:2, por lo que su entrada en el cielo precedió a la de los otros apóstoles. De los once que habían presenciado la ascensión de Jesús en el monte de los Olivos, Jacobo fue el primero llamado a la comunión con el Señor.

La vida de Salomé, pues, dio mucho fruto. Sus dos hijos retuvieron su posición clave entre los apóstoles. Juan murió mucho más tarde. Fue el último de los apóstoles que murió, después de la revelación de Patmos.

Salomé era la mujer de un pescador. Vivían en la cosata del Lago de Genezaret. Era de esperar que sus hijos Juan y Jacobo seguirían moviéndose entre barcas y redes, continuando la ocupación de su padre. Pero, el curso de la familia fue cambiando súbitamente cuando Jesús los llamó a formar parte de su grupo. Su posición como apóstoles de un Rey con poder en el cielo y en la tierra cambió las ambiciones de Salomé para ellos, como veremos a continuación.

Hay multitud de leyendas con respecto a Salomé. Por ejemplo: que nació de un primer matrimonio de José, y por ello estaba emparentada con la familia de María. Otra, que era hija de Zacarías. El sentido de ellas es establecer el hecho que Jacobo y Juan probablemente habrían ya oído hablar de Jesús, cuando éste los llamó. Más probable es que la familia había oído hablar de Jesús a través de Juan el Bautista, cuando este predicaba junto al Jordán. Esto significa que la familia ya estaba preparada para recibir el mensaje, pues no se nos dice que Zebedeo hiciera el menor esfuerzo para retenerlos; en cuanto a María sabemos que fue luego ella misma a escuchar a Jesús y que siguió a las mujeres. Ya vimos que fue una de las mujeres que preparó los lienzos y especias para el entierro de Jesús.

El pecado de Salomé era el de los apóstoles. Reconoció que Jesús era el Mesías, pero no podía separar al Mesías de la gloria temporal de Israel. No se dio cuenta que los hijos de Abraham lo eran por la fe, no por sus hijos y por Pedro, y quizá sintiera incluso celos de Pedro y quiso asegurarse de que sus hijos, cuando Jesús viniera en su Reino, tuvieran un lugar de honor en él. Estas razones, comprensibles al considerar el orgullo natural de madre, la inducen a esta petición pecaminosa. No procedía de la fe, sino de lo opuesto a la fe.

¿Cuál fue la respuesta de Jesús? Dirigiéndose a sus hijos, que estaban con ella, les pregunta si podían beber de la copa que estaba preparada para él. Los hijos respondieron que podían. Jesús les confirmó el hecho que realmente lo harían: profetizando con ello el martirio, del que los dos iban a morir más adelante en distintas circunstancias. ¡Esta fue la corona de Salomé! ¡Una corona de eterno peso de gloria!

Preguntas sugeridas para estudio y discusión:

1- ¿Qué dos hijos de Salomé fueron seguidores de Jesús desde el principio de su ministerio?

2- ¿Qué categoría tenían entre los discípulos? ¿En qué orden murieron?

3- ¿Cuál era el principal pecado de Salomé? ¿Estaba orgullosa de sus hijos?

Safira

  • Safira

"Pero cierto hombre llamado Ananías, con Safira su mujer, vendió una heredad, y se quedó con parte del precio, sabiéndolo también su mujer" (Hechos 5:1, 2)

Lease Hechos 5:1-11

Dios castigó a Safira con la muerte por haber colaborado con su esposo en un acto fraudulento. Lo ocurrido no parece que debería haber dado lugar a un resultado tan trágico. Vamos a considerar los hechos en conjunto.

Ananías y Safira, los dos se habían segregado del judaísmo y se habían adherido a los seguidores de Jesús. No eran meramente simpatizantes: vendieron una propiedad suya y entregaron a los apóstoles una buena parte de la venta, para beneficencia o necesidades de los apóstoles y la predicación. ¿Cómo pudo dar lugar a un castigo tan grave un acto de generosidad?

En la Iglesia de Jerusalén habíase formado un espíritu de cooperación extrema, que afectaba incluso a la entrega de las posesiones personales, para ministrar a las necesidades de los santos. Muchos vendían sus propiedades, casas, campos y entregaban el producto a los apóstoles. No es infrecuente al principio de movimientos o avivamientos que los seguidores muestren gran entusiasmo.

Es posible que Ananías y Safira eran bien conocidos, y también lo era el hecho de que tenían una propiedad. El retenerla, cuando los demás vendían las suyas, podía producir la impresión de egoísmo ante los demás fieles.Ananías y Safira querían asegurarse de mantener las apariencias y su reputación de piedad. Decidieron pues, vender la propiedad. Una vez vendida, de comun acuerdo decidieron que, sin menoscabo para su reputación, iban a retener parte del producto de la venta. Es posible que no retuvieran mucho, pues de otro modo la discrepancia se habría hecho evidente.

Lo que vemos aquí esencialmente es que su acción no era motivada espiritualmente. Y al dar la apariencia de que entregaban todo lo obtenido de Ia venta, la acción adquiría el carácter de fraude a los ojos de los apóstoles, y una mentira ante los ojos de Dios. Era un verdadero sacrilegio.

No sabemos si Pedro se enteró del precio indirectamente o si le fue revelado por Dios. Pero su acusación fue fulminante:«¿No podías retenerlo todo para ti siendo tuya la propiedad? La mentira no es a los hombres sino a Dios que la has dicho.» Ananías expiró al oir estas palabras. A las tres horas más o menos, apareció Safira y cuando Pedro le preguntó a qué precio habían vendido la heredad; Safira, que se había puesto de acuerdo con su esposo, repitió la mentira. Safira «cayó a los pies de Pedro y expiró».

PREGUNTAS SUGERIDAS PARA ESTUDIO Y DISCUSION

1. ¿Qué acción benefica decidieron hacer Ananías y Safira?

2. ¿En qué forma frustró el diablo sus planes?

3. ¿En qué forma fue castigado este fraude?